LA LARGA CRISIS SILENCIOSA

Un territorio unido crece mejor: reflexiones sobre el eterno debate de la cohesión

Galicia debe intentar la convergencia económica, limando las asperezas entre la costa y el interior

Dentro de la economía un debate de importancia es cómo se debe desarrollar un territorio. El tratado de Lisboa de la Unión Europea establece el objetivo de que un territorio debe crecer siendo capaz de crear empleo pero a la vez siendo competitivo, y exigiendo en paralelo la sostenibilidad ambiental y social. Bonitas palabras, pero de difícil aplicación. 

Un buen ejemplo es Galicia, donde la diferencia entre costa e interior son palpables. El propio “Análisis DAFO de Galicia”, elaborado para el desarrollo de los Programas Operativos de FEDER y Fondo Social Europeo de Galicia en el periodo 2014-2020, reconoce “desequilibrio territorial entre las provincias de costa y de interior y dentro de cada provincia”. En especial reconoce dos grandes diferencias “en el interior de las provincias de Lugo y Ourense, a pesar de los bajos niveles de población, la densidad empresarial es muy reducida, derivada del escaso tejido empresarial”. Y “desequilibrio territorial entre las provincias de litoral y de interior respecto a los niveles de actividad y desempleo”. Dicho en cifras, por ejemplo, Ourense representa el 11% del tejido empresarial de Galicia, siendo el dato más bajo del territorio y alejado del 34% de la provincia de Pontevedra. Un dato de competitividad: Galicia alcanzó la cifra de 20.000 millones de euros en ventas al mercado exterior de las cuales solo 788,3 millones de euros proceden de operaciones de empresas Ourensanas. 

Galicia incrementa sus ventas al mundo en un 5,9% pero en el caso de Ourense no ocurre así, ejemplo de que la brecha sigue su ritmo ascendente, mostrando niveles de movilidad empresarial, inversora o laboral en favor de la costa frente al desarrollo del interior. 

No se confundan, el desarrollo de la cohesión territorial no es un acto de solidaridad entre gallegos sino que es un proceso estratégico que mejora el conjunto de los resultados de la economía gallega. Las comparaciones son odiosas, pero aquellos territorios que no son capaces de crecer de forma ordenada y cohesionada acaban sufriendo desajustes peligrosos para el conjunto de su economía. Caso de colapsos urbanos de las grandes ciudades, que redunda en mayor estrés, pérdida de calidad de vida y generación de nuevas enfermedades. 

A la vez, la concentración empresarial provoca la pérdida de población en el rural, centro del aprovechamiento de los recursos naturales y base del sector agroalimentario de Galicia. Un dato: el sector primario representa una cifra de 2.625 millones de euros de la economía gallega y el sector agroindustrial alcanza 1.438  millones de euros. Por no hablar de otros sectores como el forestal o el turismo verde. Por lo tanto podemos perder parte del 8% de la que economía gallega al perder el recurso rural. ¿Se imaginan Galicia sin vacas o sin forestal? 

PLANES E INCENTIVOS
Todos los gobiernos de San Caetano han mostrado en sus programas planes de incentivo de la Galicia interior, pero “impulsas”, “discriminaciones positivas” etc, no nos han llevado a mejorar la situación. Y eso que existen los medios. Europa considera que los factores de la desigualdad pueden ser revertidos, motivo por el cual crea una amplia amalgama de instrumentos económicos y financieros, que bajo el nombre de siglas, algunas más conocidas que otras (FEDER, FSE, Leader, FEOGA Orientación de la PAC,  FEADER), aportaran a la economía gallega más de 4.500 millones de euros para el periodo 2014-2020. Por tanto, la pregunta es si se puede cambiar esta situación, y la repuesta es sí. Nuestros  políticos pueden tomar el camino rápido usando el recurso de la “subvención a fondo perdido” para atraer inversión extranjera, estrategia que tan buenos resultados le está dando a nuestros vecinos de la raya. O las políticas fiscales “imaginativas” como el caso irlandés que ha conseguido atraer a grandes inversores TIC mundiales. O tomar un camino “lento y tortuoso” mediante la inversión en la mejora de la competitividad del territorio, que facilite el desarrollo de la innovación en las empresas, y que el I+D no sea algo lejano sino próximo a las empresas, así como la mejora de la eterna receta la formación de la mano de obra operativa. Además se puede tomar la receta de la colaboración público privada como motor de creación de espacio “sin riesgo” para el desarrollo empresarial. Camino que han tomado la mayor parte de las regiones ricas del espacio europeo.  

Por lo tanto la cohesión territorial supone una distribución equilibrada en el territorio de las actividades de la población, de la producción y de la gestión del conocimiento, teniendo presente el equilibrio entre las actividades humanas y el medio. O dicho de otra manera, es un acto donde todos los habitantes ganan y ninguno debe renunciar a vivir lejos de donde quiere por el mero motivo laboral y económico. Algo que no puede ocurrir en la cuarta economía de Europa. 

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