ÁGORA ECONÓMICA

El verdadero potencial del sector turístico en Galicia

Se llama cigarrón a la máscara característica del entroido de Verín, provincia de Orense, Galicia, España.

La máscara va con el rostro cubierto con la careta de madera pintada de colores llamantivos, que se prolonga en una especie de mitra de metal con un motivo de animales o astros león, lobo, vaca, buey. Detrás lleva una pelica, que actualmente se hace de piel sintética o de gacela, en otro tiempo de gato, zorro o lobo, por este motivo se llaman peliqueiro en Laza.

El traje está compuesto por una camisola blanca, corbata y una chaqueta corta de la que cuelgan flecos dorados que van atados con lazos de tres colores. Sobre los hombros una pañoleta. Una gran faja roja enrollada a la cintura sujeta al pantalón, quizás la parte más trabajada del traje. Encima de la faja va el cinturón del que cuelgan las chocas (cencerros). Las piernas del cigarrón van cubiertas con medias blancas y ligas. Zapatos negros y un "zamarra" (látigo) en la mano completan el atuendo de este personaje típico del entroido de Verín.

La promoción del turismo como estrategia de desarrollo económico muestra un particular interés en nuestra Comunidad Autónoma, una región que debe afrontar una serie de retos en los próximos años

Nuestra Comunidad Autónoma tiene un importante volumen de recursos turísticos, cada vez más apreciados, que pueden ser utilizados para el desarrollo de nuestra región. Como veremos, el objetivo no es únicamente crear nuevas empresas, sino racionalizar y planificar la actividad turística, que ha sido la tarea olvidada durante los últimos años. O dicho de otra forma, el enfoque micro ha de dejar paso al análisis macro, buscando un verdadero desarrollo conjunto de todo este subsector. Para ello, es necesario que tanto el sector privado, como las administraciones públicas con competencia en este campo, aúnen esfuerzos para mejorar la actual oferta y, sobre todo, aprovechar las importantes inversiones que se han venido realizando. Más que crear, hay que utilizar lo que tenemos.

ESTRATEGIA INTEGRADORA
Es conocido que el desarrollo de la actividad turística se traduce en un elemento dinamizador de cualquier economía, por las múltiples interrelaciones, directas e indirectas que tiene el turismo. Más que una única actividad, el turismo es un compendio de actuaciones, todas vinculadas entre sí y, por lo tanto, interdependientes. Por ejemplo, de nada vale tener un estupendo hotel si no hay una oferta complementaria de servicios alrededor del mismo, o si el acceso al mismo resulta complicado. La iniciativa privada ha de tener en cuenta las actuaciones públicas si realmente quiere hacer rentable su negocio. 

Tanto los efectos directos como indirectos de la actividad turística han de ser tenidos muy en cuenta. Los primeros son generados por las empresas que suministran bienes y servicios de forma directa a los visitantes. Los segundos aparecen por los efectos multiplicadores que supone la actividad turística sobre otros sectores. El problema es que los primeros no suelen ser estimados correctamente, ya que no van más allá de la cuenta de resultados de cada empresa, y los segundos, pocas veces se tienen en consideración. Para hacerlo adecuadamente, se deberían emplear técnicas económicas como el análisis coste-beneficio, análisis coste-efectividad, valoración contingente, precios-sombra y las tablas input-output. Esto es lo que se hace en los países europeos que han apostado por una estrategia integradora en materia turística. 

Por lo tanto, en el campo turístico, al igual que otras muchas actividades económicas, en Galicia no se suele evaluar correctamente el impacto que se puede generar. Y esto es un grave problema, que cómo veremos puede perjudicar notablemente los beneficios privados y públicos que cabría esperar de la actividad turística. 
¿Cuál es el valor que realmente genera la actividad turística a la economía? Hay muchos indicadores para evaluar la rentabilidad del turismo. Según el Instituto Gallego de Estadística (IGE) en 2015 algo más de 4 millones de turistas visitaron Galicia, una cifra que registra un importante aumento desde 2007, con algo más de 3,7 millones de turistas, un incremento del 9,2%. La importancia del turismo sobre el PIB de Galicia, en 2015, fue del 12% y del 11% del empleo. Por lo tanto, estos tres indicadores podrían atestiguar la gran importancia de este sector sobre nuestras cuentas económicas.  

LOS NÚMEROS HABLAN
Sin embargo, hay que ir más allá. Como señala el sabio refranero español, es posible que “los árboles no puedan dejar ver el bosque”. A pesar de las positivas cifras que hemos señalado, en 2015 Galicia tan sólo aportaba el 4,4% de todos los viajeros a nivel nacional, una cifra netamente inferior a la que se obtiene en otros destinos turísticos, como, por ejemplo, Andalucía, Cataluña, Baleares, Comunidad de Madrid y la Comunidad Valenciana. Cierto es que estas Comunidades Autónomas tienen importantes atractivos turísticos, pero también lo es que han apostado por la planificación económica en este campo, lo que a la larga le ha permitido mejorar sus cifras. En Galicia, como hemos señalado, la planificación en el campo turístico es algo todavía no excesivamente desarrollado.

Sigamos con el análisis de las cifras. A partir de la información suministrada por el IGE se obtiene que en Galicia, el número de pernoctas registradas en establecimientos hoteleros pasa de algo más de los 8 millones en 2007 a los 7,7 millones en 2015. O dicho de otra forma, y como hemos visto, aumenta el número de visitantes en un 9,2%, pero estos reducen el número de noches que pasan en Galicia en un 5%. Algo pasa y desde luego, los resultados dan buena muestra de la necesidad de actuar. 

Sigamos analizando las estadísticas. La estancia media en Galicia pasa de las 2,15 noches en 2007 a 1,88 noches en 2015, una reducción de 0,27 noches por término medio, una magnitud que puede parecer irrelevante. Sin embargo, traducido en número de pernoctas esto puede suponer una merma de 1,1 millón de estancias a partir de número de viajeros que visitaron Galicia en 2015. 

Se podría pensar que este resultado se reproduce a nivel nacional y que es algo esperable, dado el cambio de “modelo” de turista, ya que con la crisis se viaja menos y la duración de la estancia es más corta. Sin embargo, a nivel nacional, el número de pernoctas pasa de los 271 millones en 2007 a los 308 millones en 2015, lo que refleja un aumento del 13,6%, cuando en Galicia se recoge un descenso del 5%. Además, a nivel nacional, se comprueba un incremento del número de visitantes desde los 84,4 millones en 2007 a los 93,2 millones en 2015, un aumento del 10,4%, cuando en Galicia fue del 9,2%. Es más, a nivel nacional la estancia media aumentó ligeramente desde las 3,2 noches a las 3,3, cuando en Galicia cayó en 0,27 noches. 

Sigamos con las comparaciones. En Galicia la estancia media es netamente inferior al valor obtenido a nivel nacional, en casi 1,5 noches menos por cada visitante. Si en Galicia tuviéramos el mismo indicador que a nivel nacional, esto se traduciría en más de 5,8 millones adicionales de pernoctas en 2015. Como se puede comprobar, las cifras obligan a la reflexión.

DIFERENCIAS POR ZONAS
Además, hay importantes diferencias por provincias. Nuevamente tomando como referencia 2015, Pontevedra, con una estancia media de 2,37 es la que recoge una estancia más larga. La que menos es Lugo, con 1,45. Ourense, con 1,88 y A Coruña con 1,75 se sitúan en una posición intermedia. En relación al número de visitantes también hay una fuerte heterogeneidad. Así, en A Coruña el número de viajeros en establecimientos hoteleros en el período 2007-2015 no ha dejado de aumentar, pasando de los casi 1,7 millones a más de 1,9 millones. Lo contrario sucede en la provincia de Ourense que, a pesar de los intentos por mejorar sus cifras a través del turismo termal, recoge una pérdida importante en el número de turistas, desde los 309.288 en 2007 a los 289.278 en 2015. Siendo la provincia ourensana, la única de las cuatro gallegas que viene perdiendo turistas desde 2008, con una reducción del 10,5%. Es más, el número de noches en 2007 en Ourense fue casi 620.000, cuando en 2015 no llegaron a las 545.000, estos supone una caída en el número de pernoctas del 12,1%. 

Todo lo anterior precisa de una importante reflexión para cambiar esta tendencia de pérdida de atractivo turístico de Ourense. Y este análisis debe ser de naturaleza macroeconómica, ya que algo no funciona bien en la estrategia turística microeconómica de la provincia. 

Siguiendo con las estadísticas, el grado de ocupación da buena muestra de la necesidad de mejorar la oferta turística en general en Galicia y, en particular, en algunas provincias, como la ourensana. En 2015, el grado de ocupación de los establecimientos hoteleros de media en España fue del 56,9%, mientras que en Galicia fue de 33,8%. Es más, se comprueba como en 2007, en España el grado medio de ocupación fue del 56%, lo que muestra una importante estabilidad de este indicador a nivel nacional, mientras que en Galicia, para este año fue del 37%, esto es, 3,2 puntos porcentuales menos. Por lo tanto, Galicia viene perdiendo en los últimos años un importante grado de ocupación hotelera. No es normal que las plazas hoteleras en Galicia estén ocupadas sólo 1 de cada 3 días al año.

Realizando el mismo ejercicio de comparación a nivel provincial, Ourense viene perdiendo año tras año ocupación hotelera, pasando del 28,4% en 2007 al 24,6% en 2015. Además, esta provincia es la que tiene una ratio más baja de ocupación, casi menos de la mitad que el indicador nacional y nueve puntos por debajo de la media gallega. De nuevo, estas cifras deben invitarnos a la reflexión para saber qué está pasando con la oferta hotelera de la provincia ourensana.

Sigamos. Ourense representa un peso cercano al 8,5% del total de viajeros que entran en Galicia, pero solo del 7,3% de las pernoctas, lo que viene a señalar que Ourense además de ser una de las provincias con menor incidencia en el volumen de turistas, es un destino que se suele visitar sin necesidad de pernoctar. 

Muchas de las visitas que se hacen a nuestra provincia son de un día, lo que evita la pernocta. Es habitual que el turista tome como punto de partida otras localidades como Vigo, A Coruña o Santiago de Compostela, a una distancia de poco más de una hora de Ourense, hacer una visita de un día a Ourense y volver a pernoctar en la ciudad de dónde ha partido. Esto último supone un tipo de turista que genera mucho menor gasto, a pesar de que venga a visitar nuestros pueblos y ciudades.

Por destino turístico la provincia de Ourense tiene seis principales áreas de influencia por número de pernoctas, que en 2015 eran las siguientes: Terras de Ourense y Allariz (293.999), Ribeira Sacra (289.216), O Ribeiro (102.346), Celanova-A Limia (58.145), Verín-Viana (57.730) y Manzaneda-Trevinca (66.975). Unas cifras, que aún, sumándolas (868.411 pernoctas), no alcanzan las obtenidas en las áreas turísticas de Ría de Arosa (1.811.125), Terras de Santiago (1.786.654), A Coruña y las Marismas (1.175.083) o Ría de Vigo y Bajo Miño (1.167.409).

Es más, solo considerando el número de pernoctas, las diferencias por destino turístico son más que evidentes. Así, las estancias de mayor duración en la provincia de Ourense se dan en la Ribeira Sacra y las Terras de Ourense y Allariz, con 3 noches en 2015; una cifra que es la tercera parte de la pernocta media del destino turístico de la Ría de Vigo y el Bajo Miño o de A Coruña y las Marismas y la cuarta parte de la pernocta media de Terras de Santiago. 

Además, la mayor parte de las noches en alojamientos turísticos en la provincia de Ourense según el destino turístico y la procedencia del viajero, son de residentes en Galicia, especialmente aquellos que visitan los destinos turísticos de Verín-Viana, Ribeira Sacra y Terras de Ourense y Allariz. Por lo tanto, no se es capaz de atraer a un público más allá de Galicia. La provincia ourensana tiene mucho que ofrecer en el campo turístico. Eso sí, hace falta menos improvisación y más planificación, tanto desde la óptica privada como pública. Es necesaria una apuesta por el análisis macroeconómico de la actividad turística en nuestra provincia.

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