En el barrio de As Nogueiras , en la parroquia de O Viso, en el municipio pontevedrés de Redondela, nadie se puede creer lo que sucedió.
Una de las vecinas murió ayer desangrada tras ser herida con arma blanca. El marido de la fallecida también sufrió diversas lesiones y se encuentra ingresado en un hospital de Vigo. Por el momento se desconoce cómo sucedió la agresión, pero el hombre manifestó a la Policía que 'entraron a robar' en la vivienda, a la que se trasladaban sólo los fines de semana y en las vacaciones, ya que residían en Redondela. Algunos vecinos aseguraban que recientemente habían sido vistos en la zona dos desconocidos en un coche que 'llamaba la atención porque estuvo mucho rato parado y sus ocupantes observando la casa'.
La voz de alarma saltó poco después del mediodía. El marido de la víctima se trasladada en su coche hasta las dependencias de la Policía para denunciar lo que había sucedido. Al llegar a la casa, los agentes se encontraron a la mujer muerta y tendida en un gran charco de sangre. Por su parte, el marido, que durante muchos años trabajó como transportista y que ahora se encontraba jubilado, presentaba varias heridas, también de arma blanca, aunque no eran de carácter grave.
Las primeras investigaciones se centraron en la casa y en las inmediaciones, donde un vecino del matrimonio aseguraba que había visto a dos hombres dentro de un coche blanco que levantaron sospechas porque 'nadie los conocía y estaban allí, detrás de la casa, observando'. Los agentes buscaron todo tipo de restos y pruebas en el interior de la vivienda, un chalet de tres plantas y piscina con una finca que llega hasta el río y que destaca entre todas las de este barrio por sus dimensiones.
La Policía también buscó en el vehículo del marido, que quedó estacionado en la puerta mientras que el hombre era trasladado al hospital para ser atendido de sus heridas en la parte superior del tórax y en el rostro. También una de las tres hijas del matrimonio necesitó de asistencia sanitaria al sufrir un ataque de ansiedad al conocer lo que había sucedido.
La voz de alarma saltó poco después del mediodía. El marido de la víctima se trasladada en su coche hasta las dependencias de la Policía para denunciar lo que había sucedido. Al llegar a la casa, los agentes se encontraron a la mujer muerta y tendida en un gran charco de sangre. Por su parte, el marido, que durante muchos años trabajó como transportista y que ahora se encontraba jubilado, presentaba varias heridas, también de arma blanca, aunque no eran de carácter grave.
Las primeras investigaciones se centraron en la casa y en las inmediaciones, donde un vecino del matrimonio aseguraba que había visto a dos hombres dentro de un coche blanco que levantaron sospechas porque 'nadie los conocía y estaban allí, detrás de la casa, observando'. Los agentes buscaron todo tipo de restos y pruebas en el interior de la vivienda, un chalet de tres plantas y piscina con una finca que llega hasta el río y que destaca entre todas las de este barrio por sus dimensiones.
La Policía también buscó en el vehículo del marido, que quedó estacionado en la puerta mientras que el hombre era trasladado al hospital para ser atendido de sus heridas en la parte superior del tórax y en el rostro. También una de las tres hijas del matrimonio necesitó de asistencia sanitaria al sufrir un ataque de ansiedad al conocer lo que había sucedido.
