El concierto que la Xunta ha renovado con este centro vigués ha suscitado esta mañana un agrio cruce de acusaciones entre la diputada de AGE Consuelo Martínez y el popular Miguel Santalices, y se llegó a hablar de "vendettas" o "sicarios".
Martínez denunció lo que consideró oscurantismo sobre el concierto de Povisa, una empresa que, dijo, no tiene registradas sus cuentas de 2012 y, tras denunciar problemas laborales de sus trabajadores y sus listas de espera, se preguntó qué es lo que tiene esta clínica para que tenga "amarrada" a la Xunta "de esta manera".
La diputada se preguntó por qué el Gobierno gallego tiene esta "connivencia" con la clínica y dijo imaginar que si "seguimos tirando de la manta" un día aparecerá "un caso de corrupción", ante lo que se preguntó por qué no la fiscalizan. "Tienen mucho que explicar del concierto de Povisa", subrayó Martínez,
Miguel Santalices reprochó a Consuelo Martínez que hubiese apostado hace unos días por una iniciativa que, en la práctica, supondría el cierre de la clínica.
"¿Ustedes tienen interés en cerrar Povisa?", le preguntó, ya que se están haciendo afirmaciones según las cuales la diputada "alimenta un rencor especial" e indicó que ha ofrecido informaciones confidenciales que no se deben hacer públicas.
"No se debe usar este Parlamento para hacer vendettas personales", apuntó el diputado popular, que emplazó a Martínez a que, si tiene un "pleito personal con Povisa, acuda a los tribunales, "pero no acuda aquí poniendo la asistencia y la calidad de un centro por el medio".
"Me lo puso en bandeja", le replicó Martínez, que negó cualquier "vendetta" con la clínica, en la que trabajó 25 años. Por ello, reveló que ayer mismo el diputado Santalices se reunió con el comité de empresa y le dijo que AGE y el BNG quieren cerrar el hospital y que sean "buenos, no os mováis, portaos bien, porque la dirección está pasando muy mal".
Dijo, por tanto, que acudió a "meter miedo a la plantilla, ese es su papel: ser sicario de Povisa, para amenazar a los trabajadores", apuntó la parlamentaria, a quien la presidenta del Parlamento, Pilar Rojo, reclamó que retirase la palabra "sicario" y también a Santalices a que hiciese lo mismo con "vendetta".
Para la diputada, existe un "caos" en el hospital a causa del ahorro en personal, lo que pagan pacientes y trabajadores, mientras el PP "se dedica a taparle la mierda a Povisa".
Por otra parte, los votos en contra del PP impidieron, de nuevo, que prosperase una iniciativa que reclamaba el cese de la conselleira de Sanidad, Rocío Mosquera, después de que una sentencia del TSXG revocase el nombramiento de su marido en una jefatura del hospital Clínico de Santiago.
La iniciativa fue presentada por la nacionalista Montse Prado y recibió el apoyo de toda la oposición, cuyos representantes insistieron en que se trata de un caso de nepotismo.
Para la diputada del BNG, no se trata, como a su juicio pretende demostrar el PP, de un mero problema administrativo, sino de un "auténtico escándalo", por el que pidió responsabilidades políticas e insistió en que en los últimos tiempos proliferan fallos en contra del nombramientos en la sanidad gallega.
Por su parte, Miguel Santalices argumentó que la orden de provisión del puesto fue elaborado en la época del bipartito, mientras insistió en que la plaza fue otorgada por un jurado en el que figuraban profesionales de reconocido prestigio, ante lo que reclamó que no se les ofenda.
