Fallece el dueño de un cíber tras sufrir una paliza por no grabar un CD

Las graves lesiones ocasionadas por la paliza han desencadenado la muerte de este hombre de 61 años. Dos de los presuntos agresores están en libertad y la Policía busca a un tercero.

Un hombre de 61 años, J.P.M., ha fallecido hoy en el hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo tras no recuperarse de las lesiones que le causó un fuerte golpe en la cabeza que sufrió tras ser agredido el pasado martes en el cibercafé que regentaba en la localidad pontevedresa de Marín. La víctima se encontraba ingresada en estado de coma en la Unidad de Cuidados Intensivos del hospital y su estado era crítico, informaron a Efe fuentes policiales.

Los hechos ocurrieron sobre las 15.00 horas del pasado martes cuando varios jóvenes, según han recogido las cámaras de seguridad del establecimiento, agredieron al propietario del local y éste, tras caerse al suelo, sufrió un fuerte golpe en la cabeza.

La discusión pudo haberse iniciado, según la investigación policial, porque el dueño del local Ciber War, un cibercafé situado en la calle Concepción Arenal, se negó a grabarle un CD a los presuntos agresores. Tras lo sucedido, los jóvenes huyeron en un turismo de alta gama.

Dos de ellos se presentaron posteriormente en la Comandancia de la Guardia Civil de Pontevedra y fueron detenidos y trasladados a la Comisaría de Marín, al ser la Policía Nacional quien investiga los hechos. Uno de los dos detenidos fue puesto hoy a disposición del Juzgado de Guardia de Marín y quedó en libertad con la obligación de comparecer ante las autoridades judiciales cada 15 días, según ha informado el Tribunal Superior de Justicia de Galicia.

El segundo detenido, menor de edad, ya había quedado en libertad y a disposición de sus padres poco después de su detención. A ambos se les imputa haber participado en una riña tumultuaria y un delito de lesiones, aunque el procedimiento podría cambiar tras la muerte de la víctima.

La Policía Nacional trata ahora de localizar a un tercer joven que también podría estar implicado en la agresión. Al igual que los otros dos, es un vecino del poblado chabolista de O Vao (Poio), que ya podría estar identificado pero del que se desconoce su paradero. 

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