El presidente de la Xunta confía en que el santuario pueda estar rehabilitado 'en pocos meses'

La marea solidaria regresa a Muxía para recuperar A Barca

Núñez Feijóo se despide del párroco, Fernando Castro, y otros vecinos de Muxía, ante el templo. (Foto: LAVANDEIRA JR)
Marea blanca fue el término con el que se bautizó en 2002 a los voluntarios que se desplazaron hasta Galicia para librar una ardua batalla contra la piscina de fuel del petrolero 'Prestige'. Aquello fue un ejemplo de solidaridad que once años después regresa. Muxía es otra vez zona cero. Ardió su templo. El alcalde actual, Félix Porto, solo tiene buenas palabras al mentar las llamadas que ha recibido de cientos de personas de todo el país ofreciendo su ayuda. 'A todos ellos, solamente puedo decirles, muchas gracias'.
La hipótesis que manejan los técnicos sobre la causa del fuego registrado el día de Navidad se centra en la caída de un rayo. El santuario de A Virxe da Barca es un 'símbolo secular' de una tierra marinera, recordó a mediodía de ayer en su visita el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, quien expresó su deseo de que 'en pocos meses' todo el país pueda ver rehabilitado este edificio.

A pie de obra, tras conversar con los operarios sobre la labor que han estado realizando y siguiendo lo dicho el día de Navidad, el mandatario autonómico comunicó que la Xunta informó a la Iglesia y al alcalde de la decisión de contratar de forma inmediata el proyecto de rehabilitación y de reconstrucción total, que ha de ser muy 'meticuloso' y con gran 'solidez técnica'.

También avanzó que se celebrará una reunión después de Reyes entre la cúpula eclesiástica, el Gobierno autonómico, la Diputación de A Coruña y el Ayuntamiento para establecer 'la hoja de ruta' a seguir. 'Estoy convencido -enfatizó Núñez Feijóo- de que todos sentimos esta pérdida', máxime si cabe en una fecha tan señalada.


TESTIMONIOS

Testimonios de ello, sobran. El propio conselleiro de Cultura y Educación, Xesús Vázquez, definió lo sucedido como 'una auténtica pena' y el párroco, Manuel Liñeiro, que ejerce en esta localidad de A Costa da Morte desde hace 28 años, no encuentra palabras: 'Las fuerzas de la naturaleza son raras y nos sorprenden a todos'.

Manuel Carrera, el hombre que más cerca vive del templo, puesto que habita una de las dos casas situadas en los aledaños -la otra está vacía- fue de los primeros en enterarse de las llamas. 'Vivo ahí arriba', detalló, y relató que sintió 'un estruendo en casa, ¡pummmm!, sobre las siete menos cuarto. Estaba mi hija Bibiana. Fue la primera que salió y grabó imágenes en cuanto empezó a arder. Ahora ella no se mueve de casa, no para de llorar'. 'Yo le digo que si en su momento salimos adelante, cuando sucedió la marea negra, ahora toca otra batalla y tenemos que salir de ella fortalecidos'.

Con él coincide Manuel Blanco Muñiz, un tocayo, al garantizar que 'en recuperar esto vamos a colaborar todos, Muxía, toda la comarca, toda Galicia'.

Otro hombre, Daniel Castro, que se disculpa por no encontrar las palabras para reflejar 'el dolor que se mete en uno', no acierta a ver, por la emoción que lo embarga, que sí expresa con claridad el sentir de un pueblo, el suyo. '¿Cómo se explica un sentimiento?, ¿cómo se explica el cariño a una madre o a un hijo? Pues eso es lo que es la Barca. Un sentimiento. No hay palabras. ¿Cómo explicar lo que tus antepasados te enseñaron, tus raíces...? Es así. Más palabras no tengo'.

El subdirector de Conservación y Restauración de Bienes Culturales, Manuel Chaín,señaló que los técnicos trabajan para dar 'seguridad' a esta construcción arrasada por la lumbre, e indicó que 'eso es lo primero'.

El templo está seriamente dañado y también un faro ubicado muy cerca. 'Menos mal que la Virgen no está dentro del santuario, que se custodia en otro lugar', reparó ayer, con cierto alivio, otro lugareño, José Manuel Rodicio, acompañado de su hijo Cristóbal, que asintió.

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