La niñera de los mellizos de diez años asesinados en 2011, declaró que los menores le decían que tenían miedo de Javier Estrada, novio de la madre de los pequeños y autor confeso del crimen, y que éste les gritaba y pegaba de manera ocasional y, de hecho, presenció cómo les dio bofetadas.
Tras la declaración del miércoles de una cuidadora de los pequeños, ayer lo hizo la niñera en la tercera sesión del juicio por el asesinato de los mellizos Adrián y Alejandro, acontecido en A Coruña el 21 de Agosto de 2011.
La niñera aseguró, a preguntas de la fiscal, que en más de una ocasión pudo ver a Javier Estrada dar bofetadas a los menores, gritarles o sacudirles del brazo. También recalcó que, al menos en dos ocasiones, advirtió marcas de golpes en los brazos de Adrián y que el propio niño le reconoció una de las veces que se lo había hecho Javier, 'por romperle una tarjeta de crédito'.
La testigo manifestó que los niños le tenían un gran afecto, y que, aunque eran traviesos, nunca le dieron ningún problema, que los menores confiaban en ella y, debido a ello, eran 'sinceros y le expresaban su miedo hacia Javier'.
La niñera también aseguró que advirtió a Mar Longueira, madre de los mellizos, acerca de lo que estaba sucediendo en su vivienda durante su ausencia en numerosas ocasiones, y que su contestación siempre fue la misma: 'métete en tus asuntos'.
La niñera aseguró, a preguntas de la fiscal, que en más de una ocasión pudo ver a Javier Estrada dar bofetadas a los menores, gritarles o sacudirles del brazo. También recalcó que, al menos en dos ocasiones, advirtió marcas de golpes en los brazos de Adrián y que el propio niño le reconoció una de las veces que se lo había hecho Javier, 'por romperle una tarjeta de crédito'.
La testigo manifestó que los niños le tenían un gran afecto, y que, aunque eran traviesos, nunca le dieron ningún problema, que los menores confiaban en ella y, debido a ello, eran 'sinceros y le expresaban su miedo hacia Javier'.
La niñera también aseguró que advirtió a Mar Longueira, madre de los mellizos, acerca de lo que estaba sucediendo en su vivienda durante su ausencia en numerosas ocasiones, y que su contestación siempre fue la misma: 'métete en tus asuntos'.
