Los dos primeros cadáveres en llegar a puerto tras ser rescatados del mar llegaron ayer al puerto de Saint John de Terranova. Fue el “Nexus” quien los desembarcó al muelle y posteriormente pudieron ser identificados.
Por la tarde, confirmaron la noticia desde Canadá a ambas familias, que están estudiando la posibilidad de una repatriación directa hacia Perú, de donde son originarios ambos. Los fallecidos son William Arévalo, de 37 años, casado y con dos hijos, residía en Vigo. Se incorporó a la flota en el último momento tras estar confinado por covid. El otro cuerpo corresponde a Rogelio Franco, de 55 años afincado en Pontevedra, que era padre y abuelo, y sus restos serán enviados a su ciudad natal, Huarmey.
Kevin, hijo de la actual esposa de Rogelio, contó a EFE que para su madre recibir esta confirmación ha sido muy duro, pero que enseguida supo lo que debía hacer, porque “era deseo expreso de Rogelio que, si algo le ocurría, este era el paso que había que dar”, mandar sus restos a su país, razón por la que la mujer ha dado la autorización. “Era como un padre para mí porque llevo conviviendo con él diez años”, dice, resignado, Kevin, al tiempo que da las gracias por cada muestra de pésame que le va llegando.
La Embajada de España en Canadá desplazó a Saint John de Terranova al cónsul general español en Montreal, Luis Calvo, para que asista a los tres supervivientes que llegarán hoy y para que procediera a la identificación y repatriación de los ciudadanos españoles.
El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, calificó de “buena noticia” la reanudación de la búqueda de los desparecidos y reiteró al Gobierno la obligación de buscar un vuelo a Santiago de Compostela o Vigo para trasladar los cuerpos desde Terranova. “Las familias y las gentes del mar de Galicia y de España” merecen este “esfuerzo adicional”. Algo que horas después el Gobierno anunció.
