Cerezas, la fruta que avisa de la llegada del verano

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photo_camera Cerezas.

Tienen un color llamativo que atrae a los pájaros, al igual que su sabor, entre dulce y un poco ácido. En las vísperas del verano se montan mil puestos de venta ambulante de cerezas por las carreteras de España. El jerte tiene la fama pero hay muy buenas cerezas en todo el norte de España

 

Si el génesis hubiese sido escrito después de que los romanos extendieran los cerezos por toda Europa, tal vez el árbol de la fruta prohibida no habría sido un manzano sino un cerezo. Su llamativo color atrae a los pájaros, pero también al hombre que la ha convertido en una de sus frutas favoritas. Rica en numerosas vitaminas y componentes antioxidantes, son muy bajas en calorías. Tanto que incluso un glotón se aburriría de comerlas antes de conseguir la mitad de las calorías que un filete a la plancha. Las cerezas y las guindas brindan a quien las cultiva todo un repertorio de rentables productos: frescas se venden muy bien: las tempranas se pagan por encima de los cinco euros el kilo y en la actualidad rondan entre los 2,50 y los 3 euros.

El excedente puede dedicarse a mermeladas, confituras y licor de guindas o de cerezas, desde el que se hace por maceración an aguardiente, el más común en nuestra tierra, hasta el destilado, como es el caso del kirsch. Y por último, el cerezo se encuentra entre los árboles con madera más apreciada para la industria del mueble y la ebanistería. Así que todo es provecho de este árbol que en nuestro país recibe el nombre de cerdeira y que da nombre a muchos topónimos y apellidos gallegos.

España es el primer exportador de cerezas de Europa, pero no el primer productor. Le ganan en el ranking Alemania e Italia. Las del Valle del Jerte, en Extremadura, tienen sello de denominación de origen. En Alicante, cuentan con IGP y en Burgos pelean por conseguir un sello geográfico para las Cerezas de las Caderechas.

Si las del Jerte y las Batuecas son las primeras en llegar a los mercados gallegos, luego le siguen las de tierras bercianas, comarca de Valdeorras y las del resto de Galicia.  En Vigo, en los montes de Beade y Valladares se puso en marcha una iniciativa para plantar cerezos a principios de la década de 1980. La fiesta de la cereza de Beade fue uno de sus elementos dinamizadores. El objetivo era darle una buena tala a los eucaliptos y sustituirlos por un árbol que aporta vida y color al bosque, además de una renta a sus comuneros.

La cereza se da muy bien en Galicia y complementa su producción con las de otras regiones más tempranas. Ricas, saludables y de ciclo muy corto. Hay que tomarlas ahora que están en su mejor momento. Dentro de un par de meses ya habrán desaparecido o vendrán de fuera.

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