Ann Romney, esposa del candidato republicano a la Casa Blanca, Mitt Romney, fue ayer la gran protagonista de la tercera jornada de la Convención Republicana que se celebra en Tampa, en una jornada que contó también con la intervención del candidato a la vicepresidencia de Estados Unidos y congresista por Wisconsin Paul Ryan. Una jornada después de la proclamación oficial de Mitt Romney como candidato, Ryan enarboló la bandera de la lucha contra el déficit y la reducción del Gobierno, dos prioridades absolutas para los conservadores estadounidenses.
Pero sin duda la gran protagonista del día fue la esposa del candidato, quien se dirigió a los asistentes para hablarles 'con el corazón', no de política o del partido, sino de sus vivencias junto a un hombre con el que ha compartido dicha y adversidad.
'Pueden confiar en Mitt. Él ama a EEUU, él nos llevará a un sitio mejor; denle esa oportunidad, denle a EEUU esa oportunidad', afirmó Ann después de poner su propia historia conyugal como la mejor prueba de la honestidad, la humanidad y el tesón del candidato. Dirigiéndose a los escépticos, Ann afirmó que 'nadie trabajará más duro, nadie se preocupará más y nadie moverá cielo y tierra como Mitt Romney para hacer de este país un sitio mucho mejor en donde vivir'.
'Han pasado 47 años desde que ese joven, alto y encantador, me llevó a casa después de nuestro primer baile. No todos los días desde entonces han sido fáciles, pero aún me hace reír, y nunca tuve una sola razón para dudar de que yo era la mujer más afortunada del mundo', señaló. Ann Romney, que sobrevivió a una esclerosis múltiple y a un cáncer de pecho, instó a los norteamericanos a tomar ejemplo del apoyo de su marido, con quien tiene cinco hijos y 18 nietos, en los peores momentos.
'Pueden confiar en Mitt. Él ama a EEUU, él nos llevará a un sitio mejor; denle esa oportunidad, denle a EEUU esa oportunidad', afirmó Ann después de poner su propia historia conyugal como la mejor prueba de la honestidad, la humanidad y el tesón del candidato. Dirigiéndose a los escépticos, Ann afirmó que 'nadie trabajará más duro, nadie se preocupará más y nadie moverá cielo y tierra como Mitt Romney para hacer de este país un sitio mucho mejor en donde vivir'.
'Han pasado 47 años desde que ese joven, alto y encantador, me llevó a casa después de nuestro primer baile. No todos los días desde entonces han sido fáciles, pero aún me hace reír, y nunca tuve una sola razón para dudar de que yo era la mujer más afortunada del mundo', señaló. Ann Romney, que sobrevivió a una esclerosis múltiple y a un cáncer de pecho, instó a los norteamericanos a tomar ejemplo del apoyo de su marido, con quien tiene cinco hijos y 18 nietos, en los peores momentos.
