El conservador Sauli Niinistö ha sido investido hoy presidente de Finlandia para los próximos seis años en sustitución de la socialdemócrata Tarja Halonen, quien deja su cargo después de doce años al frente del país nórdico.
Durante la tradicional ceremonia de investidura, celebrada en el Parlamento finlandés, Niinistö, abogado de 63 años, tomó posesión de un cargo al que accedió tras vencer en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales del pasado 5 de febrero, cuando se impuso con claridad al candidato verde Pekka Haavisto.
Niinistö es el primer presidente conservador desde 1956 y pone fin a tres décadas de hegemonía socialdemócrata en la jefatura del Estado nórdico.
En su discurso de investidura, el nuevo presidente resaltó la importancia de mantener a toda costa el estado de bienestar, un modelo que 'quizá parece más deseable que nunca en el resto del mundo'.
'A veces se dice que nuestro modelo nórdico no es sostenible por su excesivo sector público. No obstante, hemos capeado las tormentas mejor que el mundo occidental, en general, tanto en términos económicos como de integridad. El bien común tiene un precio, pero obviamente merece la pena pagarlo', afirmó ante el Parlamento.
'No me atrevo a afirmar que mantener el estado de bienestar será fácil. Tendremos que preguntarnos dónde debemos trazar la línea entre la responsabilidad individual y la responsabilidad de la sociedad, pero debemos recordar siempre que todos los finlandeses tienen derecho a una seguridad básica', añadió.
Niinistö, ex ministro de Economía y europeísta convencido, resaltó la importancia de mantener el crecimiento económico para garantizar las prestaciones sociales y evitar un mayor endeudamiento público.
'Sólo podremos disfrutar del bienestar a través del crecimiento: debemos crecer como individuos, como nación y como economía', subrayó.
También destacó el papel de la educación como el principal motor del futuro crecimiento de Finlandia, un país de 5,4 millones de habitantes con uno de los mejores sistemas educativos del mundo, según diversos estudios de la OCDE.
'Nosotros representamos sólo una milésima parte del mundo, pero ser la milésima parte con la mayor capacidad de aprendizaje del planeta nos da más peso de lo que sugieren estas cifras', afirmó.
Aunque la Jefatura del Estado es el cargo más prestigioso en la política finlandesa, el presidente ha perdido buena parte de su poder en los últimos años para convertirse en el líder moral y máximo representante del país en el exterior.
En la actualidad, el presidente finlandés es el jefe supremo del Ejército y su principal competencia es dirigir la política exterior en cooperación con el Gobierno.
Coincidiendo con la toma de posesión del nuevo presidente, entra en vigor una reforma constitucional que recorta aún más los poderes del jefe del Estado y traspasa parte de sus competencias al Ejecutivo y al Parlamento.
En virtud de esta enmienda, a partir de ahora el máximo representante de Finlandia en la Unión Europea será el primer ministro, el también conservador Jyrki Katainen.
