La Duma o Cámara de Diputados de Rusia dio luz verde a varias enmiendas a la Constitución propuestas por el presidente Dmitri Medvédev y que incluyen la ampliación tanto del periodo presidencial como de la duración de la legislatura.
388 diputados aprobaron en primera lectura las modificaciones que amplían de cuatro a seis años el mandato presidencial y en un año, hasta cinco, el de los diputados.
Sólo 58 legisladores, el grupo parlamentario comunista en bloque, votó contra las enmiendas.
Al argumentar el voto de su formación, el diputado comunista Serguéi Obujov declaró que no comprendía las prisas del Ejecutivo por aprobar unas enmiendas que de hecho entrarán en vigor sólo a partir de las próximas elecciones, previstas para 2012.
La propuesta de Medvédev, que el pasado mayo de este año asumió la jefatura del Kremlin, de ampliar el periodo presidencial desató conjeturas de todo tipo en los medios políticos e informativos sobre el objetivo final de esa iniciativa.
Algunos comentaristas llegaron a aventurar que dicha enmienda es el primer paso para el retorno a la jefatura del Estado del ex presidente y actual primer ministro, Vladímir Putin, quien durante sus ocho años de gestión al frente del Kremlin se declaró contrario a enmendar la Constitución.
En una reciente entrevista con el periódico francés Le Figaro, Medvédev tuvo incluso que contestar a la pregunta de si tiene la intención de terminar su mandato, que expira en 2012.
Todos los que han sido elegidos deben agotar sus mandatos, dijo hoy el presidente de la Duma, Borís Grizlov, en declaraciones a la prensa tras la votación de las enmiendas.
Grizlov opinó que la aprobación en primera lectura de las modificaciones constitucionales no provocará problemas gubernamentales, presidenciales ni legislativos en el país.
Los comunistas, que no descartaron la posibilidad de recurrir al Tribunal Constitucional para impedir la ampliación del período presidencial y la duración de la legislatura, respaldaron en cambio la enmienda que obliga al Gabinete de Ministros a rendir cuenta ante la Duma.
Según el reglamento, los proyectos de ley deben ser aprobados en tres lecturas, tras lo cual son enviados al Consejo de Federación o Senado para su ratificación.
En el caso de las enmiendas a la Constitución, tras ser aprobadas por ambas cámaras del Parlamento, éstas deben ser ratificadas además por los legislativos de al menos dos tercios de las 83 entidades -repúblicas y regionesque conforman la Federación Rusa.
El Comité de Legislación de la Duma había recomendado dar trámite de urgencia a estos proyectos y votar las enmiendas constitucionales en tres lecturas en una misma jornada.
El partido liberal de oposición Yábloko, que no tiene representación en la Duma, montó un piquete junto a la sede del Legislativo para protestar contra la aprobación de las enmiendas constitucionales.
Que se cambien los sesos, y no toquen nuestra Constitución, rezaban las pancartas de los opositores, lema que es una repetición textual de una frase pronunciada el año pasado por Putin, cuando era presidente de Rusia.
Precisamente con esas palabras respondió Putin a la sugerencia de las autoridades británicas de modificar la Carta Magna para permitir la extradición de Andréi Lugovói, actual diputado, señalado como sospechoso del asesinato en Londres del ex espía ruso Alexandr Litvinenko.
Ahora esta frase esta dirigida a aquellos que votan a favor de las enmiendas, declaró el líder de Yábloko, Serguéi Mitrojin, citado por la agencia RIA-Novosti.
La actual Constitución de Rusia fue adoptada en diciembre de 1993 tras una grave crisis institucional que fue zanjada con la disolución violenta del Soviet Supremo (el antiguo parlamento), ordenada por el entonces presidente del país, Borís Yeltsin.
Las enmiendas propuestas por Medvédev son las primeras que se estudian desde la entrada en vigor, hace ya quince años, de la primera Constitución postsoviética de Rusia.
Sólo 58 legisladores, el grupo parlamentario comunista en bloque, votó contra las enmiendas.
Al argumentar el voto de su formación, el diputado comunista Serguéi Obujov declaró que no comprendía las prisas del Ejecutivo por aprobar unas enmiendas que de hecho entrarán en vigor sólo a partir de las próximas elecciones, previstas para 2012.
La propuesta de Medvédev, que el pasado mayo de este año asumió la jefatura del Kremlin, de ampliar el periodo presidencial desató conjeturas de todo tipo en los medios políticos e informativos sobre el objetivo final de esa iniciativa.
Algunos comentaristas llegaron a aventurar que dicha enmienda es el primer paso para el retorno a la jefatura del Estado del ex presidente y actual primer ministro, Vladímir Putin, quien durante sus ocho años de gestión al frente del Kremlin se declaró contrario a enmendar la Constitución.
En una reciente entrevista con el periódico francés Le Figaro, Medvédev tuvo incluso que contestar a la pregunta de si tiene la intención de terminar su mandato, que expira en 2012.
Todos los que han sido elegidos deben agotar sus mandatos, dijo hoy el presidente de la Duma, Borís Grizlov, en declaraciones a la prensa tras la votación de las enmiendas.
Grizlov opinó que la aprobación en primera lectura de las modificaciones constitucionales no provocará problemas gubernamentales, presidenciales ni legislativos en el país.
Los comunistas, que no descartaron la posibilidad de recurrir al Tribunal Constitucional para impedir la ampliación del período presidencial y la duración de la legislatura, respaldaron en cambio la enmienda que obliga al Gabinete de Ministros a rendir cuenta ante la Duma.
Según el reglamento, los proyectos de ley deben ser aprobados en tres lecturas, tras lo cual son enviados al Consejo de Federación o Senado para su ratificación.
En el caso de las enmiendas a la Constitución, tras ser aprobadas por ambas cámaras del Parlamento, éstas deben ser ratificadas además por los legislativos de al menos dos tercios de las 83 entidades -repúblicas y regionesque conforman la Federación Rusa.
El Comité de Legislación de la Duma había recomendado dar trámite de urgencia a estos proyectos y votar las enmiendas constitucionales en tres lecturas en una misma jornada.
El partido liberal de oposición Yábloko, que no tiene representación en la Duma, montó un piquete junto a la sede del Legislativo para protestar contra la aprobación de las enmiendas constitucionales.
Que se cambien los sesos, y no toquen nuestra Constitución, rezaban las pancartas de los opositores, lema que es una repetición textual de una frase pronunciada el año pasado por Putin, cuando era presidente de Rusia.
Precisamente con esas palabras respondió Putin a la sugerencia de las autoridades británicas de modificar la Carta Magna para permitir la extradición de Andréi Lugovói, actual diputado, señalado como sospechoso del asesinato en Londres del ex espía ruso Alexandr Litvinenko.
Ahora esta frase esta dirigida a aquellos que votan a favor de las enmiendas, declaró el líder de Yábloko, Serguéi Mitrojin, citado por la agencia RIA-Novosti.
La actual Constitución de Rusia fue adoptada en diciembre de 1993 tras una grave crisis institucional que fue zanjada con la disolución violenta del Soviet Supremo (el antiguo parlamento), ordenada por el entonces presidente del país, Borís Yeltsin.
Las enmiendas propuestas por Medvédev son las primeras que se estudian desde la entrada en vigor, hace ya quince años, de la primera Constitución postsoviética de Rusia.
