Egipto, en vilo por las elecciones y el estado de Hosni Mubarak

Egipto se mantuvo ayer en vilo ante el deterioro de la salud del expresidente Hosni Mubarak, que se encuentra en coma, y el inminente anuncio de los inciertos resultados de las elecciones presidenciales. El país más poblado del mundo árabe conocerá el nombre del sucesor de Mubarak, previsiblemente hoy, mientras el Faraón -su apodo tras gobernar tres décadas Egipto con mano de hierro- se debate en un hospital entre la vida y la muerte.
El islamista Mohamed Mursi, de los Hermanos Musulmanes, y el militar retirado Ahmed Shafiq, último primer ministro de Mubarak, cantan victoria en los comicios ante el silencio de la Comisión Electoral, que sigue examinando las cerca de 400 impugnaciones presentadas por los dos candidatos. El movimiento independiente 'Jueces por Egipto' anunció ayer que, de acuerdo al recuento efectuado por sus miembros en los colegios electorales, el ganador de la segunda vuelta de las presidenciales es Mursi con un margen de casi 900.000 votos.

Los Hermanos Musulmanes advirtieron de que se puede producir un 'peligroso cara a cara' entre el pueblo y el Ejército si Shafiq es declarado presidente, lo que sería 'una obvia señal de golpe militar', según declaraciones del portavoz de la cofradía, Mahmud Gozlan.


EN COMA DESDE EL MARTES

Fuentes médicas explicaron ayer que el expresidente Hosni Mubarak, de 84 años, lleva en coma desde la noche del martes, porque los médicos no consiguieron eliminar el coágulo que tiene en el cerebro. Mubarak podría ser operado si el equipo médico no logra disolver el citado coágulo, según las mismas fuentes, que lo acompañaron el martes en su traslado de Tora a un hospital del Ejército.

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