El primer ministro turco atribuye la violencia en la oleada de protestas a organizaciones terroristas

Erdogan advierte de que no va a ceder ante los manifestantes

Un activista tumbado sobre un colchón lee un libro en el parque Gezi de Taksim en Estambul (Turquía). (Foto: SEDAT SUNA)
El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, condenó ayer las tácticas 'incendiarias y destructivas' de algunos de los participantes en las violentas protestas de los últimos días en el país y prometió que seguirá adelante con sus planes de remodelar el parque Gezi, motivo inicial de las manifestaciones.
En declaraciones desde Túnez, donde se encontraba de visita oficial, Erdogan afirmó que 'grupos terroristas' están manipulando lo que comenzó como una campaña ecologista. 'Si uno dice 'celebraré un encuentro y quemaré y destruiré', no lo permitiremos', advirtió tras reunirse con su homólogo tunecino. 'Estamos en contra de que la mayoría domine a la minoría y no toleraremos lo contrario', añadió. Asimismo, según recogen los medios turcos, Erdogan denunció que 'se ha abusado de la sensibilidad de las personas por las cuestiones medioambientales'. 'Ya hemos expresado nuestro pesar por el uso excesivo de la fuerza', añadió, en relación con la disculpas expresadas por su viceprimer ministro, Bulent Arinc.

El viceprimer ministro se reunió este miércoles con representantes de la Plataforma Taksim, un grupo de solidaridad formado contra la prevista demolición del parque Gezi de la plaza Taksim de Estambul, que convocó la manifestación inicial. La dureza con la que la Policía respondió, empleando gases lacrimógenos, hizo que proliferaran las manifestaciones de apoyo en todo el país.


EL FUTURO DE LAS PROTESTAS

Tras dicho encuentro, los organizadores de la protesta reclamaron a Erdogan que diera marcha atrás en sus planes en la plaza Taksim y que se ponga fin a la represión policial, al tiempo que advirtieron de que el futuro de las protestas dependerá en gran medida de la respuesta del Gobierno ante las manifestaciones. Respecto a estas peticiones que los manifestantes trasladaron, Erdogan defendió un día después que 'no tiene sentido mantener una carrera'. 'La lógica de 'si consigo esto, doy esto', 'si tú das esto, quiero esto' no tiene cabida en la gestión de un Estado'.

Mientras, la policía turca se enfrentó, durante la noche del miércoles al jueves, con centenares de manifestantes ante la llegada del presidente,, a la capital, Ankara, a la conclusión de su gira por el norte de África.

La policía utilizó gases lacrimógenos para dispersar a los manifestantes que se congregaron en Ankara, mientras estos lanzaban piedras y gritaban frases contra Erdogan. Por otro lado, en la provincia de Tunceli (este), cientos de personas establecieron una barricada y lanzaron piedras contra los agentes de policía. Curiosamente, Estambul, donde se produjeron los enfrentamientos más agresivos, permaneció relativamente tranquilo durante la noche.

El primer ministro Erdogan instó el pasado lunes a la 'calma' tras las manifestaciones antigubernamentales del último fin de semana y pidió a la población que no se dejase provocar por los 'elementos extremistas'. Además, trató a los manifestantes y participantes en las protestas como saqueadores y prometió que, en los próximos días, estas revueltas habrían terminado 'para siempre'.

El vicepresidente del Partido Justicia y Desarrollo (AKP) de Erdogan, Huseyin Çelik, pidió a los miembros de la formación política que no fuesen al aeropuerto a recibir al primer ministro para evitar nuevas tensiones. 'Nadie debe ir a saludar al primer ministro en medio de esta situación. El primer ministro no necesita una demostración de fuerza', declaró Çelik en una entrevista en televisión.

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