El primer ministro portugués, Pedro Passos Coelho, anunció ayer que presentará la remodelación de su gabinete 'en breve' y confirmó que su socio de Gobierno, Paulo Portas, ascenderá al cargo de viceprimer ministro.
En declaraciones a los periodistas, Passos Coelho explicó que Portas será el encargado de 'coordinar' la política económica del Ejecutivo, una función que el primer ministro ejerció personalmente durante la primera mitad de la legislatura.
Los cambios en su equipo de Gobierno deberán ser comunicados oficialmente al jefe de Estado, Aníbal Cavaco Silva, entre cuyas competencias está la de dar su visto bueno a estas alteraciones.
La reestructuración se producirá después de que el propio Cavaco Silva cerrase el domingo la crisis política abierta desde hace tres semanas con la confirmación de los conservadores en el poder, una vez superadas las divergencias que colocaron al borde de la ruptura a la coalición gubernamental.
El presidente luso no aceptó inicialmente la solución presentada por Passos Coelho y optó por instar a los dos partidos en el Ejecutivo y al principal grupo de la oposición, el socialista, a llegar a un acuerdo de unidad nacional que garantizase la estabilidad política del país.
Las negociaciones, sin embargo, no fructificaron y el jefe de Estado optó por mantener a los conservadores en el poder en vez de convocar elecciones anticipadas -como reclamaba la oposición de izquierdas-, aunque marcó límites a las políticas de austeridad aplicadas durante los dos primeros años de legislatura.
El primer ministro luso informó ayer, asimismo, de que también será presentada 'en un plazo muy breve' de tiempo la moción de confianza a la que se someterá en el Parlamento para demostrar una vez más la cohesión de la mayoría absoluta con la que cuenta el actual Ejecutivo. La mayoría parlamentaria está garantizada gracias al apoyo del Centro Democrático Social Partido Popular (CDS-PP) liderado por Portas.
El todavía titular de Exteriores ganará ahora peso en el gabinete y se encargará de gestionar la política económica lusa, además de coordinar las relaciones con la UE y el FMI las entidades que concedieron a Portugal su rescate financiero. Precisamente con ambos organismos deberá tratar también la reforma de Estado que prepara el Ejecutivo con el objetivo de lograr ahorros por valor de 4.700 millones de euros, para lo que estudia el despido de funcionarios y cambios en el sistema de pensiones.
El primer ministro portugués, que se desplazó ayer hasta el municipio de Vila de Rei para asistir a varios actos públicos, se mostró dispuesto a hacer un esfuerzo por acercar posturas con la oposición y los agentes sociales. 'Aunque no fue posible lograr un acuerdo ahora, Portugal necesita de esa unión de todos. Hubo cosas en las que estuvimos próximos a entendernos, y el Gobierno no dejará de buscar el consenso', aseguró Passos Coelho.
El líder conservador consideró 'muy positiva' la reacción de los mercados al cierre de la crisis política, lo que permitió un alivio significativo de la presión sobre la deuda lusa y llevó a la Bolsa a registrar la mayor subida de toda Europa.
Los cambios en su equipo de Gobierno deberán ser comunicados oficialmente al jefe de Estado, Aníbal Cavaco Silva, entre cuyas competencias está la de dar su visto bueno a estas alteraciones.
La reestructuración se producirá después de que el propio Cavaco Silva cerrase el domingo la crisis política abierta desde hace tres semanas con la confirmación de los conservadores en el poder, una vez superadas las divergencias que colocaron al borde de la ruptura a la coalición gubernamental.
El presidente luso no aceptó inicialmente la solución presentada por Passos Coelho y optó por instar a los dos partidos en el Ejecutivo y al principal grupo de la oposición, el socialista, a llegar a un acuerdo de unidad nacional que garantizase la estabilidad política del país.
Las negociaciones, sin embargo, no fructificaron y el jefe de Estado optó por mantener a los conservadores en el poder en vez de convocar elecciones anticipadas -como reclamaba la oposición de izquierdas-, aunque marcó límites a las políticas de austeridad aplicadas durante los dos primeros años de legislatura.
El primer ministro luso informó ayer, asimismo, de que también será presentada 'en un plazo muy breve' de tiempo la moción de confianza a la que se someterá en el Parlamento para demostrar una vez más la cohesión de la mayoría absoluta con la que cuenta el actual Ejecutivo. La mayoría parlamentaria está garantizada gracias al apoyo del Centro Democrático Social Partido Popular (CDS-PP) liderado por Portas.
El todavía titular de Exteriores ganará ahora peso en el gabinete y se encargará de gestionar la política económica lusa, además de coordinar las relaciones con la UE y el FMI las entidades que concedieron a Portugal su rescate financiero. Precisamente con ambos organismos deberá tratar también la reforma de Estado que prepara el Ejecutivo con el objetivo de lograr ahorros por valor de 4.700 millones de euros, para lo que estudia el despido de funcionarios y cambios en el sistema de pensiones.
El primer ministro portugués, que se desplazó ayer hasta el municipio de Vila de Rei para asistir a varios actos públicos, se mostró dispuesto a hacer un esfuerzo por acercar posturas con la oposición y los agentes sociales. 'Aunque no fue posible lograr un acuerdo ahora, Portugal necesita de esa unión de todos. Hubo cosas en las que estuvimos próximos a entendernos, y el Gobierno no dejará de buscar el consenso', aseguró Passos Coelho.
El líder conservador consideró 'muy positiva' la reacción de los mercados al cierre de la crisis política, lo que permitió un alivio significativo de la presión sobre la deuda lusa y llevó a la Bolsa a registrar la mayor subida de toda Europa.
