El rey belga busca otra estrategia para acabar con el vacío de poder

El rey Alberto II intenta desde ayer una nueva estrategia para sacar a Bélgica de la crisis política que vive desde hace más de siete meses por la imposibilidad de formar gobierno tras las elecciones de junio. Alberto II se reunió ayer por primera vez desde los comicios con el presidente de los liberales francófonos del Movimiento Reformador (MR), Didier Reynders, tras la renuncia del último mediador en las negociaciones, el senador socialista flamenco, Johan Vande Lanotte.
El monarca se había limitado hasta ahora a entrevistarse con los líderes de las siete formaciones políticas que aspiran a formar parte de la coalición gubernamental: los valones socialistas, verdes y democristianos y los flamencos socialistas, verdes, democristianos y soberanistas.

La entrada de los liberales francófonos en las negociaciones supone un cambio en la estrategia para salir de la crisis tras cinco intentos frustrados hasta ahora. Los principales puntos de fricción entre los partidos flamencos y francófonos son el modelo de financiación de las regiones, los derechos lingüísticos de la minoría francófona que reside en la periferia flamenca de Bruselas y la transferencia de más competencias a las regiones.

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