CRISIS DIPLOMÁTICA ARGENTINA - ESPAÑA

La comunidad gallega en Argentina reclama "sensatez y sentimientos" ante la crisis abierta con España

Fachada del Centro Gallego de Buenos Aires. (Foto: ARCHIVO)
photo_camera Fachada del Centro Gallego de Buenos Aires. (Foto: ARCHIVO)
En la tarde del lunes, 21 de mayo, como una verdadera paradoja, se realizó la distinción -por parte de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires-  del Ballet Hispania y de su directora. En paralelo, se abría una grave crisis diplomática entre Argentina y España a raíz de las acusaciones de "corrupta" hacia la mujer del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. La Región recoge algunas de las reacciones de la mayor colonia gallega en el extranjero

En esas horas el conflicto diplomático entre España y Argentina había alcanzado ribetes nunca imaginados. Mientras me dirigía al evento tuve la sensación, extraña y novedosa, de que algo diferente estaba sucediendo. ¿Era una paradoja o una metáfora? Homenaje y conflicto. Estrechos lazos de amistad y raíces comunes y retiro de embajadora y expresiones descalificatorias.

Los estrechos lazos entre lo español y lo argentino no requieren abundar en sus causas ni características, son intrínsecos.

Era un buen lugar y momento para tratar de dimensionar cómo habían reaccionado los miembros de la colectividad, al menos, algunos de ellos, los que pudiera abordar.

"Sensatez y sentimientos", novela de Jane Austen

Entre las opiniones que recibí, prevalecieron las que llamaban a que primen las cualidades que el libro y película, “Sensatez y sentimientos” tan recordados, mencionan en su título.

No existe conflicto alguno entre ser español y ser argentino al mismo tiempo

Pude contactar a un grupo de  personas de la colectividad española, algunas las encontré en la reunión ( la distinción al Ballet) otras se comunicaron por distintas vías, pero vale exponer sus testimonios, que- bajo diferentes miradas, en ocasiones, -revelaban siempre preocupación y desasosiego. Algo que no merecemos, ni los españoles ni los argentinos.

“Los ciudadanos de a pie vemos estas grietas generadas entre dos países, por los dirigentes, sin sentirnos en modo alguno parte de las mismas.  No existe conflicto alguno entre ser español y ser argentino al mismo tiempo. Uno quiere a España y quiere a Argentina, con independencia de quién sea el presidente y de cómo sean las relaciones entre ellos.  Ninguno es tan importante, todos están de paso, por un tiempo y no tienen derecho a actuar como si fueran dueños. Como dice Serrat, “detrás está la gente”. Esto no debería olvidarse.

Los tiempos en que un monarca cambiaba de religión y todo el pueblo lo hacía por decreto, son parte de la historia, o eso esperamos. "Los agravios a un presidente o sus familiares, a los que estamos demasiado acostumbrados últimamente, no afectan lo que sentimos por el país. El presidente no es el país. No nos gustan los agravios, los diga quien los diga, pero no deberían tomarse decisiones que afectan a todos, empresas y particulares, como es el retiro de un embajador, por el ego de un funcionario. Las relaciones entre los estados y entre los pueblos no pueden depender de una persona, salvo que estemos en un régimen fascista, donde sí, el líder, es la representación viva del Estado.”

Como dice Serrat, “detrás está la gente”. Esto no debería olvidarse

Con este interesante texto, se expresó una persona de gran representatividad y respeto, a mi entender, en la colectividad.

Poco después fue José María Vila Alen, expresidente del Centro Galicia y de la Federación de Sociedades Españolas, quien también emitió su opinión: “No otorgo mayor relevancia a circunstancias coyunturales, que se dan en un momento determinado, y  no conmueven los sentimientos de la hermandad ni la convivencia y fecunda relación entre las dos naciones, bien supremo este, que está garantizado, ni está en el ánimo de ambos líderes afectar. “

Carlos Ameijeiras, delegado ante la comunidad gallega en el exterior, opina que: ”Me parece lamentable el nivel que ha alcanzado un conflicto innecesario, prefiero abstenerme de hacer comentarios políticos de ninguno de los países.  Espero que esto se revierta y prime la racionalidad en quienes tienen que dedicarse a gobernar para el beneficio de sus pueblos.”

No todos fueron tan moderados, aún resuenan en mis oídos estas palabras: “Me pareció una decisión del gobierno de España correcta, de acuerdo con protocolos institucionales, como no me pareció nada correcta las formas y las palabras del presidente argentino, un despropósito en múltiples aspectos,  en las formas, sin fundamentos judiciales  y en la falta de respeto hacia el presidente de la  nación anfitriona y con unos pensamientos retrógrados impropios del siglo XXI,  un ejemplo que lamentablemente puede calar en la juventud. Espero que todo entre en un cauce de sensatez en que prime la cordura”. Quien las pronunció es un respetado miembro de la colectividad española en el país.

Fuerte y concreto el mensaje escrito en sus redes, por María Núñez, crítica de cine, periodista e hija de gallegos, “Al contar con la doble ciudadanía argentino/española; primera generación en esta tierra que recibió a los nuestros, nos avergüenza ser representados así. Más nos duele la naturalización que se está produciendo con todo lo que sucede”. Con estas palabras publicadas en su Instagram la autora expresa su repudio hacia la actitud del gobierno argentino.

Poco después escucho, a una persona que agrega, enfáticamente,  un comentario relativo a un acontecimiento anunciado en la fecha “ En medio de un ajuste brutal, el presidente va a dar un recital en el Luna Park”.

Reacciones de los gallegos en Argentina

El evento había terminado, pero la recepción de opiniones no. Y no todas fueron suaves.

Jaime Arias Arias, a título personal, aclarando que no lo hace en nombre de ninguna institución,  expresa que “las declaraciones del presidente Milei siguen una dirección, no son aisladas, sino  que vienen perfilándose en esta línea, como las que expresó respecto de Brasil, Méjico y China, en otras ocasiones.  Sus declaraciones son inaceptables”. El señor Arias cree que “las sociedades españolas debieran ser contundentes en esto. Ofender en casa propia al dueño de casa es de mal gusto y pésimo rédito político. Participar en un acto que congrega a la extrema derecha europea no ayuda en absoluto a la integración al mundo que se pretende para la Argentina”. Opina también acerca de otros dichos, como que “el presidente de España mandó hablar a ministras mujeres, es ofensivo, como si no tuvieran ideas propias”. Arias remata diciendo que  considera que los dichos y acciones de este presidente no resisten análisis,  y  ensucia las relaciones diplomáticas.

Argentina y España tienen vínculos importantes, y las acciones fueron drásticas, (Arturo Pérez Domínguez, miembro del Consejo de Administración del Colegio Santiago Apóstol)

Sin embargo, demostrando que la pluralidad de voces es lo que prima en nuestra colectividad, se pronuncian otros representantes.

Arturo Pérez Domínguez, expresidente de la Federación de Sociedades Españolas, ex Consejero de la Ciudadanía española en el exterior y actual integrante del Consejo de Administración del Colegio Santiago Apóstol, opina que: “Es una situación complicada. Argentina y España tienen vínculos importantes, y las acciones fueron drásticas, por parte del gobierno español, al retirar a la embajadora, pero también el presidente argentino se extralimitó en sus apreciaciones vertidas en sus declaraciones y dichos. Pérez Domínguez está de acuerdo con su política económica, pero dice que su verba y accionar, en ocasiones, lo descalifican. Hubo acciones incorrectas de ambas partes que descalifican a todos por igual”. Espera que todo se recomponga y que se supere este momento de tensión que nos afecta.

José González Costa, presidente del Centro Lalín, Agolada y Silleda, considera que “Hubo falta de respeto por ambas partes, con las ofensivas palabras de un funcionario español, en un principio, pero tampoco justifica a ninguno de los dos, considera que deberían pedirse mutuas disculpas, “ya que pagamos las consecuencias los españoles que residimos aquí, porque al retirarse la embajadora y el plantel de funcionarios quedarían muchas cuestiones a la deriva. Me avergüenza como español los dichos de uno y otro, reafirma. Deseo que prime la cordura, no se puede tener al pueblo español en esta situación.”

Tenemos que informarnos bien en estos días para saber en qué nos va a afectar  y nos preguntamos también que pasará con el personal que cumplía funciones en la embajada, (José González Costa, presidente del Centro Lalín, Agolada y Silleda)

La incertidumbre es una constante en la escucha de las personas que se refirieron al tema, desde un anonimato que no las hace menos importantes ni acertadas. “Acá estábamos hablando de incertidumbre, me dice una integrante del colectivo gallego, y de que tenemos que informarnos bien en estos días para saber en qué nos va a afectar  y nos preguntamos también que pasará con el personal que cumplía funciones en la embajada”.

Al escuchar esto recordé que en las primeras horas de  esta mañana, tuve un mensaje en el Whatsapp de un conocido, muy alejado de las cuestiones políticas, pero preocupado porque tenía un turno, conseguido desde muchos meses atrás en el Consulado y estaba angustiado por saber si estaba vigente o no. Luego de aclararle que son instituciones con funciones diferentes, tuve la exacta dimensión del grado de angustia e incertidumbre que seguramente embargaba a muchas otras personas.

La música y las imágenes maravillosas del Ballet Hispania aún  me acompañaban con el ritmo de las castañuelas que habían hecho vibrar al Salón Dorado. Sin embargo, un sabor amargo las empañaba. No recuerdo una situación semejante a lo largo de toda mi vida.

Debates historiográficos muchos, ponencias acerca del accionar de la conquista también, cambio de nombre para el día 12 de Octubre, que pasó de ser “De la Raza” a “De la Diversidad Cultural”, todo lo viví, con la mirada atravesada por mi doble condición, nacida en España y emigrada desde mis primeros años a Argentina. Pero nunca imaginé, ni en mi peor pesadilla los hechos del presente.

"Sensatez y sentimientos", ¿es mucho pedir?

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