La Policía afirma que las instalaciones municipales, árboles y farolas son los objetivos del vandalismo

Un grupo de niños accede al campo de fútbol de Espiñedo destrozando puertas y material

El concejal de Deportes, Manuel Dacal, señala la máquina de cortar el césped. (Foto: Martiño Pinal )
Un grupo de niños sin identificar accedió al campo de fútbol carballiñés causando destrozos en una puerta, en la máquina de cortar el césped y en el sistema de riego. Según la Policía, el vandalismo se ensaña con las instalaciones públicas.
El Club Deportivo Arenteiro ha presentado una denuncia en el cuartel de la Guardia Civil a raíz de los destrozos ocasionados en el campo de fútbol de Espiñedo. Se trata de un acto más del vandalismo que se produce en Carballiño, aunque en esta ocasión el encargado del campo pudo observar antes de que se escaparan que los autores eran niños.

Los chavales saltaron por encima del cierre de las instalaciones deportivas y una vez dentro rompieron la puerta del almacén, destrozaron la máquina de cortar el césped y causaron daños en el sistema de riego. Además, se apropiaron de latas de refrescos en el bar, que después dejaron tiradas en el campo.

El concejal de Deportes, Manuel Dacal, lamentaba lo ocurrido, porque ‘é unha gamberrada de unhos críos, pero non se pode consentir’. Los chavales entraron en el recinto al menos en dos ocasiones y durante la tarde, según aseguraron testigos presenciales.

Hace escasos días que el Concello también presentaba la correspondiente denuncia a raíz de la rotura de varios focos del entorno de la iglesia de A Veracruz. Las autoridades habían valorado los daños en 12.000 euros y era la segunda vez que ocurría. Esa zona es una de las que más sufre el vandalismo, porque reúne a numerosos jóvenes durante los fines de semana en el botellón. ‘A rotura dos focos é algo habitual e tamén os apagóns da luz tanto da iglesia coma da rúa Evaristo Vaamonde, alguien localizou a caixa dos automáticos e corta o suministro continuamente nesa zona’, apuntó Dacal.

Fin de semana


El jefe de la Policía Local, Francisco Valeiras, declaraba que los actos vandálicos mayoritariamente se producen durante los fines de semana. Los más comunes tienen que ver con el destrozo de plantas, árboles, señales de tráfico y farolas. Las piscinas municipales también han sido en ocasiones objetivo de los intrusos.



Pintadas en las fachadas de los edificios

Una de las gamberradas más habituales y que la Policía Local asocia directamente con el botellón son las pintadas en las fachadas de los edificios. Aunque se pueden observar en numerosos puntos de la villa, la zona más afectada es sin duda alguna el barrio de Flores. La parte más antigua de la villa presenta un aspecto lamentable por ese motivo, y los propietarios no tienen más remedio que soportar la situación con resignación.

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