CRÓNICA

Moire reclama la casa de su beato

photo-2018-09-30-20-12-55_result
photo_camera Los vecinos de Moire celebraron una pequeña fiesta delante de la casa del beato.

Los vecinos de Moire, en Piñor, colocaron una escultura del beato Jacobo en la plaza del pueblo para reivindicar el uso de la casa del religoso como centro social, tal y como habían acordado con la Iglesia tras rehabilitarla con su dinero.

Los vecinos de Moire, en el municipio de Piñor, colocaron en la plaza del pueblo una escultura del beato Jacobo, natural de esta localidad. Y ayer celebraron un acto de inauguración que tuvo un carácter reivindicativo, ya que reclaman la casa del beato como centro social; y también festivo, participando en una comida en la misma plaza del pueblo.

La parroquia de Santa María de Carballeda, a la que pertenece Moire, había recibido la casa del beato en donación. Como estaba prácticamente en ruinas, toda la parroquia se volcó en su rehabilitación. Así, se convirtió en un centro social, en el que se reunían los vecinos y celebraban sus fiestas. Precisamente, aprovechaban una de las celebraciones para trasladar la imagen del beato desde la capilla en donde está todo el año, hasta su casa, en la que permanecía durante dos días, para retornarla nuevamente a su sitio habitual.

 Sin embargo, con la llegada de un nuevo sacerdote, hace aproximadamente año y medio que el Obispado procedía a cerrar el inmueble para que no fuese utilizado por los vecinos, que ya ni tan siquiera pueden trasladar la imagen el día de su fiesta. Por ese motivo, han colocado la escultura en la plaza del pueblo, justo donde está ubicado el inmueble, que desde entonces permanece cerrado.

Los vecinos reivindicaban ayer su reapertura y, según declararon, están pendientes de una reunión en el Obispado porque "non é xusto porque nós fomos os que a rehabilitamos. A Igrexa non está dando moi bo exemplo", apuntaban.

Cuando se cerró el edificio, los responsables eclesiásticos habían dicho que estaba en proyecto hacer el museo del beato Jacobo. "Se queren facer o museo, que pensamos que non é nada fácil, teñen a primeira planta, pero nós queremos utilizar o baixo como facíamos ata que no lo quitaron", sentenciaron los vecinos.


Un año y medio sin poder utilizar el edificio como centro social


Una descendiente del beato Jacobo donó la casa a la parroquia de Santa María de Carballeda. Los feligreses llevaron a cabo una rehabilitación adecuada con la estructura original del edificio. Por entonces, según declaran, se había suscrito un convenio con las autoridades eclesiásticas mediante el que los vecinos, tras encargarse de la recuperación del inmueble, podían utilizarlo como local social siempre y cuando no lo necesitara la Iglesia y mientras las actividades que allí se desarrollaran no atentaran contra la moral católica. Con esas condiciones lo estuvieron utilizando hasta que el nuevo párroco consideró que no se le estaba dando el uso adecuado y cerró definitivamente el inmueble. Ante las protestas de los feligreses, las autoridades eclesiásticas alegaron que  se convertiría en un museo del beato. De eso hace ya año y medio. Los vecinos no se conforman.

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