La Guardia Civil investiga la autoría de los disparos contra el alumbrado público de Castrelo de Miño, tras la denuncia presentada por el alcalde, Xurxo Rodríguez Méndez, ante el cuartel de Ribadavia, a raíz de los destrozos ocasionados en cuatro farolas de la localidad de Freás durante los últimos 15 días.
Además de buscar al autor o autores de los daños, la Guardia Civil también ha intensificado la vigilancia en esta zona.
Aunque sólo fueron cuatro farolas el objetivo directo de los disparos con escopeta, los daños fueron mayores ya que en cada ocasión que se produjeron afectaron a parte del tendido del alumbrado público, debido a que se trata de luminarias de bajo consumo interconectadas cuyo sistema de encendido y apagado se controla por ordenador desde el mismo Concello, que ha ido reparándolas según se fueron rompiendo. Por ese motivo, apuntaba el alcalde que ya se han gastado 3.500 euros en su reposición y reparación de las averías. Las autoridades también se mostraron seguras de que se utilizaron escopetas, porque 'as luminarias son de aluminio e cristal, e deixáronas destrozadas por completo, algo que non faría unha simple bala ou uha escopeta de balíns'. La instalación de este alumbrado de Freás y el de Cancela costó 82.000 euros.
Aunque sólo fueron cuatro farolas el objetivo directo de los disparos con escopeta, los daños fueron mayores ya que en cada ocasión que se produjeron afectaron a parte del tendido del alumbrado público, debido a que se trata de luminarias de bajo consumo interconectadas cuyo sistema de encendido y apagado se controla por ordenador desde el mismo Concello, que ha ido reparándolas según se fueron rompiendo. Por ese motivo, apuntaba el alcalde que ya se han gastado 3.500 euros en su reposición y reparación de las averías. Las autoridades también se mostraron seguras de que se utilizaron escopetas, porque 'as luminarias son de aluminio e cristal, e deixáronas destrozadas por completo, algo que non faría unha simple bala ou uha escopeta de balíns'. La instalación de este alumbrado de Freás y el de Cancela costó 82.000 euros.
