Estaba imputado en siete infracciones penales con connotaciones sexuales, casi todas en 2007

Absuelto de vejar a tres enfermeras aunque condenado por otras dos tentativas de abuso

 Las tres trabajadoras a las que intentaron vejar y agredir sexualmente trabajan en el CHOU. (Foto: José Paz)
El caso de las tres enfermeras que en un mismo día fueron abordadas por un individuo con propósitos sexuales cuando se dirigían al trabajo ha quedado sin resolver. La juez considera que existen dudas en el reconocimiento de las víctimas.
El joven de 29 años Juan Carlos G.B., el hombre al que el Ministerio Fiscal señalaba como el responsable de vejar a dos enfermeras y agredir sexualmente a una tercera en febrero de 2007 cuando se dirigían a la Residencia Sanitaria, ha quedado exonerado de responsabilidad penal ya que, según la juez, ‘la identidad del culpable no ha quedado determinada’.

La titular del Juzgado de lo Penal 1 también lo absuelve de otro delito de agresión sexual que le imputaba la Acusación Pública ocurrido en abril de 2007 cuando una joven fue abordada de madrugada en el portal de su domicilio en la calle Serra de Queixa.

Finalmente, de toda la retahíla de infracciones penales de las que estaba acusado sólo ha sido condenado por dos abusos sexuales en grado de tentativa, con la atenuante de alteración psíquica, a 14 meses de cárcel y la prohibición de acercarse a menos de 300 metros a sus víc timas, a su domicilio o lugar de trabajo.

Una de las tentativas ocurrió el 6 de abril de 2007 cuando una joven paseaba por la orilla del Miño, a la altura del Puente Nuevo, y Juan Carlos G.B. se acercó a ella por detrás y le bajó el pantalón del chándal comenzando después a masturbarse, deponiendo su actitud cuando vio a otros transeúntes.

Pocos días después abordó por detrás a otra joven en la calle Celso Emilio Ferreiro cuando iba a subir al coche de una amiga. En este caso, le bajó la falda y la ropa interior con el fin de atentar contra su libertad sexual si bien la víctima reaccionó dándole patadas.

En el caso de las tres trabajadoras sanitarias, la juez absuelve al acusado porque, aunque una lo reconoció ante la Policía y en el juicio sin género de dudas, ‘la prueba testifical arroja mucha dudas sobre la identidad de la personas que las abordó’. Además, asegura la magistrada que todo lo que el inculpado admite (que le levantó la falda a una chica y le pellizco el culo a una de las denunciantes) no coincide con lo denunciado por las víctimas. ‘Al menos en teoría existe la posibilidad de que el acusado se refiera a otras chicas y a otras fechas’, recoge el fallo.

Además de estas perjudicadas, habían comparecido en el juicio dos testigos, ambas trabajadoras del hospital. Una de ellas se dirigía al Complexo Hospitalario ourensano y aseguró que un individuo la había seguido el día en que otras tres compañeras fueron abordadas.

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