El Concello de Cortegada ha conseguido la cesión por parte de Gas Natural de la aldea de A Barca, expropiada cuando se construyó el embalse de Frieira en la década de los años 50, aunque nunca fue anegada, por cuyo motivo conserva una gran parte de las viejas casas en bastante buen estado. El alcalde Cortegada, Avelino de Francisco, pretende convertir este privilegiado lugar, tanto por su paisaje como por su historia, en un referente turístico de este municipio.
Las negociaciones se iniciaron hace aproximadamente seis años, firmándose el contrato de cesión el pasado 14 de enero. 'Esta antigua aldea, actualmente abandonada como consecuencia de la construcción del embalse, se encuentra situada en un entorno privilegiado por su belleza, rodeada de naturaleza y bañada por el río Miño, en su cauce navegable', indica el regidor municipal.
Avelino de Francisco también resalta que 'a pesar del paso de más de 40 años, las paredes de piedra de nueve viviendas permanecen en la mayoría de los casos intactas'. Por ese motivo, considera que son 'edificaciones aptas para el desarrollo de la zona con objetivos turísticos'. En consecuencia, el Ayuntamiento prevé realizar las gestiones pertinentes para procurar la búsqueda de inversores con vistas a la recuperación y posterior explotación de este entorno, para lo cual ya dispone de un proyecto de rehabilitación de las casas, también contemplado dentro del Plan Xeral de Ordenación Municipal, aprobado el pasado año.
Asimismo, el alcalde destaca el interés histórico de esta aldea en la que antiguamente estaba el embarcadero desde el que se cruzaba el río al otro lado del Miño y que estaba gestionado por los monjes de Celanova.
En la localidad de Cortegada y en la parroquia de San Benito todavía residen tres familias originarias de A Barca. Jorge Varela abandonó la aldea con apenas tres años de edad, ayer se mostraba encantado de la cesión y del proyecto de convertirlo en un destino turístico. 'O meu abó era caseiro na aldea e alí casáronse os meus pais e foi onde nacimos os tres irmáns', apuntaba este vecino residente en Cortegada. La oferta para posibles inversores está en la página web del Concello, al mismo tiempo que el alcalde anuncia gestiones para sacar adelante el proyecto.
Avelino de Francisco también resalta que 'a pesar del paso de más de 40 años, las paredes de piedra de nueve viviendas permanecen en la mayoría de los casos intactas'. Por ese motivo, considera que son 'edificaciones aptas para el desarrollo de la zona con objetivos turísticos'. En consecuencia, el Ayuntamiento prevé realizar las gestiones pertinentes para procurar la búsqueda de inversores con vistas a la recuperación y posterior explotación de este entorno, para lo cual ya dispone de un proyecto de rehabilitación de las casas, también contemplado dentro del Plan Xeral de Ordenación Municipal, aprobado el pasado año.
Asimismo, el alcalde destaca el interés histórico de esta aldea en la que antiguamente estaba el embarcadero desde el que se cruzaba el río al otro lado del Miño y que estaba gestionado por los monjes de Celanova.
En la localidad de Cortegada y en la parroquia de San Benito todavía residen tres familias originarias de A Barca. Jorge Varela abandonó la aldea con apenas tres años de edad, ayer se mostraba encantado de la cesión y del proyecto de convertirlo en un destino turístico. 'O meu abó era caseiro na aldea e alí casáronse os meus pais e foi onde nacimos os tres irmáns', apuntaba este vecino residente en Cortegada. La oferta para posibles inversores está en la página web del Concello, al mismo tiempo que el alcalde anuncia gestiones para sacar adelante el proyecto.
