Los vecinos de avenida de Buenos Aires critican la oleada de robos que, en los últimos seis meses, está sufriendo el peto de San Antonio, donde se recogen donaciones para la residencia de San José de Rairo.
Dos vecinos de la avenida de Buenos Aires afeaban alrededor de las 12 del mediodía de ayer a un joven su conducta cuando intentaba meter una cinta en el peto de San Antonio, con la intención de sacar el dinero que los devotos dejan ahí cada día. Es una historia que se repite casi a diario en esta urna situada a pie de calle y que es creciente desde hace un tiempo. Los residentes del entorno de la plaza de San Antonio, donde se encuentra situado el peto, critican la situación que día sí y día también vive el santo desde hace unos meses.
Este peto fue dejado en el año 1996 por las monjas que regentaban una residencia en la actual ubicación de la plaza cuando se llevó a cabo la urbanización de la zona y tuvieron que trasladarse a su actual Residencia de San José, en Santa Lucía de Rairo.
Desde entonces, los devotos del santo han venido dejando sus donaciones en este peto para que les conceda sus peticiones. Entre otras cosas es la advocación que ayuda a recuperar los objetos perdidos, además de ser el santo de los pobres y, muy importante, "el que te ayuda a conseguir novio o novia", explica sor Corona, una de las monjas de la comunidad de la residencia San José en Rairo. Añade la religiosa que "hace más de medio año que notamos un descenso en el dinero que nos llega de ese peto y no nos parece normal". "Ha habido un descenso de más de un 50% en los últimos seis meses, cuando durante la crisis no se había producido un bajón tan importante", certifica sor Isabel Tojo, directora de la residencia de Rairo.
Desde el Concello aseguran que no se ha producido ninguna denuncia, aunque reconocen haber visto el pasado abril a un indigente merodear el lugar con un material que parecía destinado a extraer el dinero de allí. "Es cierto que no hemos denunciado, no nos parece que tengamos que hacerlo, pero los vecinos lo ven casi a diario y de hecho ya son varios los que vienen directamente a la residencia para hacer sus donativos", señala sor Isabel. El problema se ha acentuado de tal manera en los últimos tiempos que la directora de la residencia de ancianos reconoce que "estamos barajando la idea de sellar la urna, dejando, eso sí, la figura del santo, y que quienes quieran hacer donativos los traigan directamente a la residencia". Añade que "ya tuvimos que arreglar la cerradura de la caja fuerte".
Antonio López, vecino de la plaza y devoto de esta advocación, reconoce el problema y pide que las instituciones le den solución, porque el sellado provocaría "atrancos por desprazamentos dos donantes" a Santa Lucía de Rairo, muchos de ellos personas mayores.
