ARTE ET ALIA

De Barreiro a la Bienal de Cerveira

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photo_camera Las "obras monumentales" de la Bienal de Cerveira.

Viajar para abrir mundos, los nuestros, ampliar vidas con la percepción de otras, en los nuevos paisajes, espacios de relación

Así es nuestra propuesta de arte, en la víspera del Señor Sant-Iago, patrón de las Españas, fiesta mayor de Galicia. Desde el agua como vehículo, Vila Nova de Cerveira, en Portugal, donde el río Miño es ya minhoto, aguas compartidas, y tierras, como en la ínsua da Boega, y también el nuevo puente internacional hacia Goián, Pontevedra. La pequeña y encantadora villa del norte del vecino país es un punto de atracción artística internacional desde su Bienal de Arte, que suscita atención y genera movimientos turísticos en un público interesado, lo que provoca un incremento en la economía de la zona desde el consumo, vino y gastronomía: cultura es riqueza. Hay para ello una decidida apuesta por parte de distintos organismos públicos, lo que la han convertido en la más antigua de Portugal, y de la Península Ibérica, "en termos de actividade". Llega así hasta el Centro Cultural de la Diputación una muestra procedente del Mº Bienal de Cerveira que se basa en la XIXª Bienal, cuyo tema central "Apropriações da arte popular" se enmarca en el contexto "Da Pop Arte ás trans-vangardas". En las dos grandes paredes de la sala baja está la "pintura monumental", por sus dimensiones (425x217 cm), diez mundos de arte, cinco en cada una, acrílicos en tela realizados en 1999, de Augusto Canedo, Acácio Carvalho, Ana Cristina Leite, Jaime Isidoro, Francisco Trabulo, Henrique de Vale, Sobral Centeno, Rui Aguiar, Miguel D’Alte y Adriano Mesquida, una propuesta de la movilidad transformadora del arte desde el gigantismo en la escala, susceptible de colocarse en exteriores. Comparten la sala agradecidas muestras plásticas, caso de "Personagem com estigmas", que aúna escultura y pintura sobre tela, obra de 1992 del mencionado Trabulo; "María VII" de Gerardo Burmester, 1989, de intenso rojo sobre madera pintada y dintel de cuero, y la de Inez Winjnhorst, sugestiva obra monocroma de 1999, con mensajes en pequeñas viñetas, que son como retales al modo patchwork. La completan dos vídeos, de Ututu y Beatriz Pérez con Kirenia Martínez, respectivamente, de 2009-10, lo más reciente de esta interesante selección.

A la Sala Visol, también desde el agua, aunque esta del mar de Vigo, llega Jº Mª Barreiro. Casi de puntillas, el reconocido artista trae un elenco de su conocido mundo figurativo de gaiteiros tradicionales haciéndola sonar, bodegones de flores, guitarra y acordeón, con espejo y ventana al fondo; y parejas, ella clara, el oscuro, hablando quizás, abrazándose desde la palabra, primero, a veces el pintor pintándola desnuda, en pose, a veces sola..., la música latiendo entre las negras líneas de los abocetados dibujos. Los intensos campos color de aquel Fauve de hace cien años, tan sugestivos siempre, que fue vanguardia con el estilo del Cubismo, lenguaje de Picasso que demuestra asimismo conocer Barreiro, rostros mitad de frente mitad en perfil. Son obras de pequeño tamaño, y empeño, con alguna mayor, en la que deja vez la potencia y calidad de su "tinto de Cela". 

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