La Consellería de Benestar es partidaria que el seguimiento médico del niño aquejado de sobrepeso lo realicen especialistas del Complexo Hospitalario de Ourense, según expresó la secretaria xeral, Susana López Abella. Expresó la preocupación por el niño, que sigue en paradero desconocido.
La secretaria xeral de Benestar, Susana López Abella, reconoció ayer la preocupación de la consellería por el paradero de M., el niño con sobrepeso que sigue en paradero desconocido para eludir su ingreso en un centro de protección. López Abella Admitió que la consellería está preocupada por el paradero del menor.
Defendió como impecable el trabajo que realizó en este asunto la delegación territorial de Ourense y apuntó que sería importante que el menor estuviera atendido adecuadamente, mediante un seguimiento por parte de especialistas de Pediatría del Complexo Hospitalario de Ourense, que, apuntó, son quienes tienen el expediente del niño.
La postura de la Xunta es la defensa del menor sobre todas las cosas y lo que nos preocupa es su salud y que tenga una vida normalizada, subrayó. No ocultó que sería bueno que el niño fuera entregado, tal y como lo requieren la Fiscalía, el juzgado y el equipo de menores, para hacer una valoración exhaustiva por parte de los expertos y, a partir de ahí, actuar con el máximo rigor, con la intención de que el niño vuelva a su entorno.
Defendió como impecable el trabajo que realizó en este asunto la delegación territorial de Ourense y apuntó que sería importante que el menor estuviera atendido adecuadamente, mediante un seguimiento por parte de especialistas de Pediatría del Complexo Hospitalario de Ourense, que, apuntó, son quienes tienen el expediente del niño.
La postura de la Xunta es la defensa del menor sobre todas las cosas y lo que nos preocupa es su salud y que tenga una vida normalizada, subrayó. No ocultó que sería bueno que el niño fuera entregado, tal y como lo requieren la Fiscalía, el juzgado y el equipo de menores, para hacer una valoración exhaustiva por parte de los expertos y, a partir de ahí, actuar con el máximo rigor, con la intención de que el niño vuelva a su entorno.