El fiscal alega que la Audiencia incurrió en un error a la hora de valorar las pruebas y que sí había ánimo de matar
El Tribunal Supremo tendrá la última palabra en el caso de la mujer acusada por el ministerio fiscal de intentar asesinar a su esposo suministrándole medicamentos (antidepresivos y ansiolíticos). El ministerio fiscal anunció a la Audiencia provincial, el tribunal que la absolvió, el recurso por infracción de ley al entender que la sala incurrió en un error en la valoración de la prueba tanto en el delito de tentativa de asesinato como de maltrato. A su juicio, María José González sí tenía ánimo de matar, si bien el máximo tribunal ourensano sostuvo que no está acreditado que la procesada le suministrara medicinas para envenenarlo y, por tanto, pusiera en peligro su vida.
La Audiencia absolvió la pasada semana a María José González Pérez de intentar asesinar a su marido con ansiolíticos y antidepresivos enmascarados en la comida cuando compartían vivienda en Vilamarín, en enero de 2013, así como días después cuando la víctima estaba ingresada en el hospital.
La sala sostiene que está acreditado que la acusada tiene a su disposición ansiolíticos y antidepresivos -los toma desde 2009- y que los principios activos de esos fármacos se detectaron en la sangre de su esposo el 15 de enero de 2013 (cuando estaba en la UCI)". Añade que el cuadro médico del día del ingreso en el CHUO y posteriormente cuando empeoró estando hospitalizado (día 13) "es compatible con una intoxicación medicamentosa, pero no es su totalidad".
La Audiencia tampoco apreció "ánimo de matar" ya que no se demostró una relación conflictiva entre los esposos, máxime cuando, dice la sentencia, el marido siguió conviviendo con ella hasta el mes de marzo. También destaca la Audiencia que fue González Párez quien requirió los servicios médicos para atender a su marido.
El ministerio fiscal reclamaba una pena de seis años de prisión por la tentativa de asesinato y 10 meses más por el maltrato, en relación a un golpe que sufrió el esposo mientras dormía.
