El Comité Ejecutivo cameral cuenta con 15 días para fijar la fecha del pleno en el que se elegirá el nuevo presidente
El que ha sido presidente de la Cámara de Comercio de Ourense durante los últimos cuatro años, Celso Barbosa, anunciaba ayer su dimisión de dicho cargo a través de un comunicado, en el que explicaba que "mis responsabilidades profesionales y personales limitan en demasía el tiempo que mi labor como presidente exige", al tiempo que expresaba su deseo de que "ni la imagen de la Cámara de Comercio ni su pervivencia" se vean afectadas por esta decisión.
La noticia sorprendía dentro y fuera del organismo cameral, desde donde el hasta ayer vicepresidente y actualmente presidente en funciones, Juan Carlos Parada, apuntaba que la actividad que desarrolla se mantendría sin problemas y habrá continuidad en los programas y proyectos comprometidos.
El Comité Ejecutivo de la Cámara tiene ahora 15 días para decidir en qué fecha se celebrará el pleno de la elección del nuevo presidente cameral. Este proceso podría prolongarse hasta un mes, ya que hay un plazo máximo de 15 días para que se reúna el comité y la sesión plenaria puede fijarse en cualquiera de los 15 días siguientes. A la elección como presidente podrá presentarse cualquiera de los miembros del pleno de la Cámara de Comercio.
Entre esos miembros plenarios está el que precedió en el cargo a Celso Barbosa, Ovidio Fernández, que se declaró "sorprendido" de la decisión, además de apuntar que "primero debió de dar a conocer al pleno, que en este caso es soberano, su decisión". Una decisión que reconoció "entender, ya que las razones que esgrime son respetables".
Por otra parte, Fernández mostró su preocupación por el hecho de que se haya tomado esta decisión "en este momento, cuando la Cámara está buscando nuevas vías de financiación para asegurar la sostenibilidad del organismo". Considera que "debería haber ya una guía del futuro de la Cámara", porque recuerda que es un organismo centenario y "uno de los que debería quedarse", en referencia a otros organismos camerales, como el de Lugo, que tan sólo mantiene una plantilla de tres personas, ya no cuenta con empresarios que quieran formar parte del pleno y parece condenada a desaparecer.
La Cámara de Ourense cuenta en la actualidad con una plantilla de 19 trabajadores, a los que desde el 1 de septiembre se les está aplicando un expediente de regulación temporal de empleo (ERE), que reduce su jornada laboral, y su sueldo, en un 50 %.
Los responsables del organismo cameral consideran que "la situación de Ourense no es igual que la de Lugo", según señala Juan Carlos Parada, y explican que "la actual plantilla es totalmente necesaria para que la actividad de la Cámara esté asegurada", ya que se requiere personal cualificado "para desarrollar nuestra actividad".
Luis Rivera, comerciante y miembro del pleno de la Cámara, señala que "lo único que podemos hacer es respetar las elecciones que toma cada cual, sobre todo cuando estamos hablando de temas personales", al tiempo que alaba "la labor ejemplar de Celso Barbosa al frente de la Cámara", algo que no digo yo, lo dicen los auditores y los asociados".
En el otro organismo empresarial de la ciudad (la CEO), su presidente, José Manuel Pérez Canal, mostró su “deseo y convicción” de que en el futuro “ambas instituciones podamos seguir trabajando por Ourense en el mismo marco de colaboración que hasta ahora”. En este sentido, Pérez Canal consideró “imprescindible la supervivencia de la Cámara de Comercio en la defensa de un sector tan importante para la economía provincial”, aguardando que pueda superar las dificultades por las que atraviesa que, por otra parte, son comunes a las de otras ciudades y provincias.
