Cientos de curiosos acuden al escenario del desplome a fotografiar las ruinas del viaducto

LR.- Lo que ha quedado del derrumbamiento del viaducto del Arenteiro se ha convertido en foco de atracción para numerosos curiosos, que utilizan móviles y cámaras fotográficas para recoger en imágenes los restos de la espectacular obra.

El pueblo de Pol todavía no había recobrado ayer la normalidad, después del catastrófico accidente ocurrido en el viaducto del Arenteiro el pasado viernes, que se cobró la vida del capataz de las obras, al mismo tiempo que resultaron heridos cuatro operarios. Un continuo ir y venir de curiosos empezaba pocas horas después del derrumbamiento de la estructura y siguió a lo largo de toda la jornada del sábado.

Armados con móviles y cámaras fotográficas, el que más y el que menos pretendía recoger en una imagen el aspecto que ofrecen las moles de hormigón y acero partidas.

La constructora procedió a vallar todo el perímetro afectado en la tarde del viernes, al mismo tiempo que incrementó la vigilancia del lugar para evitar posibles daños a los visitantes. Habitualmente, había un guarda apostado en la zona, tarea que ahora ha sido asignada a cuatro. Ayer, estas personas se ocupaban de advertir a algunos curiosos que obviaban las medidas de seguridad y se exponían a posibles desprendimientos, sobrepasando las vallas para ver más de cerca el desastre.

La zona de mayor riesgo, esgún apuntaba uno de los guardas, está en la base del tercer pilar (situado al otro lado de la carretera), en cuya cima asoma peligrosamente un amasijo de tablas y hierros, del que ya se han desprendido varios pedazos De momento, se desconoce cuánto tiempo permanecerán paralizadas las obras, hasta que el juez autorice la limpieza de escombros, una vez que considere terminadas las investigaciones por parte del Ministerio de Fomento y el propio Juzgado, y se desarrollen los informes técnicos pertinentes de ADIF, la UTE formada por Fomento, Construcciones, Contratas y Comsa y de la empresa subcontratada, Valdalla.

Al mediodía se celebró el funeral por el capataz fallecido, José Manuel Domín guez, en el tanatorio de Pereiró (Vigo). Numerosas personas acudieron consternadas a despedir a este vecino de Vigo, sobre todo muchos compañeros de trabajo. Posteriormente, su cuerpo fue incinerado en la intimidad.

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