La inclusión de la Subdelegación de Defensa en el plan de 'racionalización' del ministerio, lo que supone inicialmente la enajenación del edificio protegido que ahora ocupa y el traslado a otro local, que habría que alquilar, sorprendió en la ciudad porque Defensa no tiene ahora ningún otro patrimonio en Ourense.
El Concello también desconocía la posibilidad de venta del edificio, que fue concebido como refugio de sacerdotes, encargado por la Iglesia al arquitecto Daniel Vázquez Gulías. Precisamente, se encuentra a escasos metros -en la misma calle del Paseo- de la sucursal del Banco de España, donde el gobierno local socialista negoció la cesión (con un canon anual) de la planta baja durante 25 años, para destinarla a fines culturales, después de que la entidad cerrase esa delegación en Ourense.
La concejala de Urbanismo, Aurea Soto, precisaba ayer que el gobierno municipal seguirá 'con gran interés' los pasos del Ministerio de Defensa en el plan de enajenación de la Subdelegación, si finalmente avanza, como así figura en el Plan Prepidef, de racionalización y utilización eficiente de su patrimonio. Lo hará porque el edificio tiene un alto grado de protección urbanística y es de 'suma importancia' dentro del patrimonio público ourensano, aunque se esperará a la decisión final que adopte el Ministerio para tomar, en su caso, alguna medida. Con todo, ya avanza que el Concello está ahora centrado en el área de As Burgas y la situación económica no es precisamente favorable para asumir otras cargas.
El edificio que alberga la Subdelegación de Defensa en la ciudad fue proyectado en 1903 y constituye una de las primeras obras de Vázquez Gulías, en su calidad entonces de arquitecto diocesano.
EL ENCARGO
La iniciativa fue del obispo Carrascosa, que quiso construir un refugio de sacerdotes 'valetudinarios' (aquellos condenados mayores de 70 años cuyos problemas de salud les impedían ser encarcelados) en un solar que entonces estaba al lado del campo de la feria de Ourense (el actual Parque de San Lázaro) porque el Paseo acababa en la calle Cardenal Quiroga.
Gulías proyectó un edificio exento, con luces en sus cuatro fachadas y que adoptó el estilo neogótico. La obra definitiva sufrió algunas modificaciones porque se eliminaron adornos de ese estilo arquitectónico y, al eliminarse una planta, se perdió la esbeltez de las ojivas de las ventanas.
El inmueble está catalogado en la ordenación urbanística provisional con grado de protección integral, por lo que hay que respetar las fachadas aunque se permite su remodelación interior en función del uso que se le vaya a dar, si finalmente se enajena.
La concejala de Urbanismo, Aurea Soto, precisaba ayer que el gobierno municipal seguirá 'con gran interés' los pasos del Ministerio de Defensa en el plan de enajenación de la Subdelegación, si finalmente avanza, como así figura en el Plan Prepidef, de racionalización y utilización eficiente de su patrimonio. Lo hará porque el edificio tiene un alto grado de protección urbanística y es de 'suma importancia' dentro del patrimonio público ourensano, aunque se esperará a la decisión final que adopte el Ministerio para tomar, en su caso, alguna medida. Con todo, ya avanza que el Concello está ahora centrado en el área de As Burgas y la situación económica no es precisamente favorable para asumir otras cargas.
El edificio que alberga la Subdelegación de Defensa en la ciudad fue proyectado en 1903 y constituye una de las primeras obras de Vázquez Gulías, en su calidad entonces de arquitecto diocesano.
EL ENCARGO
La iniciativa fue del obispo Carrascosa, que quiso construir un refugio de sacerdotes 'valetudinarios' (aquellos condenados mayores de 70 años cuyos problemas de salud les impedían ser encarcelados) en un solar que entonces estaba al lado del campo de la feria de Ourense (el actual Parque de San Lázaro) porque el Paseo acababa en la calle Cardenal Quiroga.
Gulías proyectó un edificio exento, con luces en sus cuatro fachadas y que adoptó el estilo neogótico. La obra definitiva sufrió algunas modificaciones porque se eliminaron adornos de ese estilo arquitectónico y, al eliminarse una planta, se perdió la esbeltez de las ojivas de las ventanas.
El inmueble está catalogado en la ordenación urbanística provisional con grado de protección integral, por lo que hay que respetar las fachadas aunque se permite su remodelación interior en función del uso que se le vaya a dar, si finalmente se enajena.
