El presidente de los empresarios del sector en Ourense, Francisco Javier Álvarez, estima que durante los años duros de la crisis se perdió hasta un tercio de la clientela habitual
El año que viene no habrá revisión de las tarifas de los taxis de la capital por la situación económica. Cuando menos esa es la explicación que da el presidente de los empresarios del sector en Ourense, Francisco Javier Álvarez. En realidad la pretensión de ejercicios anteriores era actualizar los costes al incremento del IPC, pero el indicador público incluso llegó a ser negativo el pasado verano, con lo que "ainda que subira unhas décimas, non creo que sexa a mellor época", según el presidente del colectivo.
El trámite para proceder a modificar las tarifas comienza con una petición al Concello que este año ni siquiera se producirá. Álvarez confía que con esta medida "polo menos se poida manter o número de clientes ou que polo menos non se perdan máis". El representante del colectivo estima que durante los años duros de la crisis se perdió hasta un tercio de la clientela habitual. Sin embargo, el goteo en la pérdida de clientes parece que se ha detenido desde hace unos meses "pero non é suficiente para compensar a perda dos últimos anos", apostilla Alvarez.
TAXÍMETROS
Por otra parte, el sector está afrontando cambios que entrarán en vigor el año que viene, concretamente con la implantación de los taxímetros en las villas, que serán obligatorias a partir de junio del 2015. En el caso de Ourense la obligación afectará a los taxistas de Barbadás, Xinzo de Limia, Verín, O Barco de Valdeorras y Carballiño. Las adaptaciones de los vehículos costarán en torno a 1.200 euros entre taxímetros, tarifas, impresoras y el módulo.
Francisco Javier Álvarez también denunció la existencia de intrusismo y competencia desleal en el sector, incluso ejercido "por algúns que se jubilan, siguen traballando e siguen cobrando".
