El pequeño quiso estar cerca de sus padres en el día de ayer enviándoles una carta junto a una foto

El cumpleaños agridulce de M.

El niño cumplió 10 años rodeado de parte de su extensa familia. (Foto: Miguel Ángel)
El pequeño M., quien ayer cumplió 10 años, celebró su aniversario sin la compañía de sus padres y de sus otros dos hermanos pequeños. Y pese a la distancia física insalvable para evitar que sea localizado por la Policía Autonómica y su ingreso en un centro de menores, tanto el niño como sus padres estuvieron en contacto a través de la carta manuscrita que el pequeño les hizo llegar, acompañada de una fotografía, y el regalo que los progenitores le trasladaron.
M., el niño cuyos problemas de obesidad han sido determinantes para que la Xunta asuma su tutela, cumplió ayer 10 años. Pero fue un cumpleaños atípico porque no le acompañaron ni sus padres ni sus otros dos hermanos pequeños. Tampoco estuvo alguno de sus tíos más cercanos. El hecho de que esté en paradero oculto para evitar que ingrese en un centro de protección puso una distancia insalvable entre el pequeño y sus seres más queridos. Sus padres ni siquiera lo pudieron llamar por teléfono, como medida de precaución para evitar ser localizado. Todas las reservas, según fuentes cercanas a la familia, son pocas. Aún así, el niño pasó el día rodeado de familiares, quienes procuraron, con tarta incluida, que M. disfrutase de un día especial. Los padres, según confirmaron esas misma fuentes, le hicieron llegar un regalo y el pequeño, a cambio, hizo lo propio con una foto y una carta escrita por él mismo. ‘Fue un día duro para los padres, que ya hace 10 días que no ven a su hijo pero están convencidos de que es lo mejor para él mientras no se llega a una solución’, añadieron.

Asimismo, hubo una parte de la familia que tampoco arropó al pequeño por temor a que los agentes de la Policía Autonómica dieran con su paradero. ‘No nos importa porque cuando esto se solucione celebraremos todos juntos el cumpleaños, y, aún así, ya le compramos un regalo, una cesta con colonias’, aseveró Daniel Montoya, uno de sus tíos.

Una solución de interés general

La noticia divulgada por la Asociación del Pueblo Gitano reconociendo la celebración de encuentros para pactar una solución molestó a la Consellería de Benestar, que intentó neutralizar esas declaraciones asegurando que antes el niño debe ser entregado para valorar después la situación. Ayer, el citado colectivo ‘exigió a la Xunta la puesta en marcha de una comisión para pactar una solución’.

EL PROCESO JUDICIAL

La actuación del endocrino, en entredicho

Y mientras, la familia trataba de rememorar el cumpleaños de M. en dos escenarios distintos, el letrado de los padres salió al paso de las manifestaciones atribuidas ayer a fuentes judiciales en las que se mencionaba la posibilidad de imputar al endocrino que trata al pequeño, Xesús Manuel Suárez, como cooperador de los delitos imputados a los padres. ‘Su actuación estuvo siempre presidida por un fin altruista y beneficioso para el menor y, en calidad de jurista, puedo decir que su proceder en modo alguno ha incurrido en responsabilidad de tipo penal’, subrayó José Manuel Rodríguez Díaz. Tildó esa posibilidad de disparate. ‘Es como si ahora también acusamos al medio de comunicación escrito -La Región- y al medio audiovisual que también estuvieron con el niño’, dijo.




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