Si bien la operación continúa abierta, el arresto ha hecho posible la recuperación de una parte del botín sustraído el día 14, que los propietarios del negocio valoraron en 200.000 euros

Detienen en Madrid a uno de los atracadores de la joyería

Fachada del negocio asaltado el pasado martes. (Foto: Miguel Angel)
Una persona permanece detenida desde ayer por su relación directa con el robo del almacén de la joyería Fuentefría la pasada semana en la calle Camiño Caneiro.
Fuentes de la investigación señalaron que la operación continúa abierta, pero que ya ha sido posible recuperar una parte del botín sustraído. La detención, realizada por la Brigada Central, se habría producido en la comunidad de Madrid y no se descarta que puedan añadirse más en el transcurso de las horas. De hecho, por dependencias policiales habrían pasado más personas para su interrogatorio. El atraco se produjo el martes de la semana pasada a plena luz del día, entre las 10 y las 11 horas.

De las actuaciones practicadas en el lugar de los hechos, y de los testimonios tomados, la Policía Nacional buscaba a dos hombres y a una mujer participantes directos en el atraco al almacén de la joyería, y que en un recuento inicial, se saldó con la sustracción de joyas por un valor aproximado de 200.000 euros. Cuando los atracadores accedieron al almacén, en el mismo se encontraba una sola empleada, a la que redujeron atándola de manos con unas bridas. Antes la habían amenazado con una pistola y la habían arrojado al suelo. Todavía no eran las once de la mañana cuando una mujer accionó el timbre de la puerta. La empleada le abrió sin presagiar lo que se le venía encima, pues esa mujer que estaba al otro lado de la puerta precisamente había visitado el viernes anterior el negocio. Incluso había mostrado interés en algunas de las joyas con el fin de ponerlas posteriormente ala venta en un negocio particular en Madrid. Familiarizada con su cara, el martes le despejó la entrada, pero cuando abrió la puerta del todo, aparecieron otras dos personas. Dos hombres vestidos con fundas de trabajo. Uno de ellos apuntó con la pistola a la empleada y la amordazó mientras sus socios se apoderaban de las joyas de la caja fuerte: cadenas, sortijas, pulseras, relojes, medallas. Todo fue a parar a un gran cesto de goma.

Los ladrones saldaron el atraco en 1o minutos. Luego huyeron en un automóvil que tenían estacionado en las cercanías del almacén, dejando a la empleada maniatada. Aun en esas circunstancias, maniobró para accionar la alarma, y llamar la atención de una patrulla de la Policía Nacional. Según el relato de la empleada, los atracadores actuaron a cara descubierta, aunque no descartó que fueran maquillados para disimular su edad. Los tres hablaban castellano y eran de mediana edad. Para ejecutar el golpe, contaron con la ventaja de que el almacén de joyas carece de cámaras de videovigilancia. No obstante, varios agentes revisaron las cámaras que sí hay en la calle y en otros negocios de las proximidades, por si pudieron haber registrado alguna maniobra sospechoso. En esa fase, los investigadores ya sospechaban que los autores del robo se desplazaron desde otra provincia, aunque podían llevar varios días realizando tareas de vigilancia de la joyería.

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