El perro se muestra temeroso al ver a la gente, ya que fue agredido brutalmente por su dueño
Balú, el setter inglés de dos años rescatado por la Policía Local de un contenedor de basura al final de la avenida de Buenos Aires, evoluciona favorablemente de sus graves heridas, aunque, según las cuidadoras de la Protectora de Gatos y Perros de Ourense (Progape), muy despacio. En el día de ayer, ya respondía a estímulos: se muestra muy inquieto al detectar presencia humana.
El perro fue arrojado por su dueño a la basura tras asestarle un fuerte golpe en la cabeza con un cincel. La surrealista excusa, según dijo a la Policía Local, fue que estaba con heridas en la pata de tipo alérgico y muy agitado, por lo que quiso matarlo para que no sufriera.
La infeliz historia de Balú ha despertado el interés de muchos ciudadanos anónimos. Los gestores de la perrera aseguraron que sólo en el día de ayer recibieron siete peticiones de adopción. Al mismo tiempo, recibieron 25 llamadas desde toda Galicia para interesarse por su estado de salud. Según Progape, si no surgen complicaciones, Balú podría tener un nuevo hogar en unos 15 días.
"Por ahora evoluciona muy despacio porque se trata de un traumatismo craneoencefálico severo", explica una auxiliar de veterinaria de Progape. Esta voluntaria se muestra optimista y cree que incluso podrían no quedarle secuelas, pero dependerá de los avances durante el fin de semana.
Asimismo, la asociación animalista Libera reclamó la "pena máxima" del Código Penal para el autor de los presuntos malos tratos, un hecho que calificó de "atroz". Este colectivo considera "escandalosa la crueldad de estos hechos, que pudieron suponer una muerte segura de no ser por la alerta vecinal".
Ante estos hechos, la asociación en defensa de los animales recuerda que el maltrato animal, además de ser una conducta constitutiva de un delito, está dentro de una violencia "traspasable al ser humano, de manera que un maltratador de animales puede serlo de personas en un corto periodo de tiempo".
Tras asegurar que "no existe justificación alguna" para ejecutar este tipo de violencia, pide tanto al Ayuntamiento como a la Xunta que "se personen" en un futuro proceso judicial, al entender que las administraciones deben condenar cualquier acto de maltrato, y en concreto aquellos que buscan la muerte violenta de un ser vivo.
