El edificio junto al colegio Cardenal Cisneros presenta dudosa estabilidad

El primer día tras el derrumbe de un muro de diez metros sobre el patio del colegio Cardenal Cisneros en la ciudad fue un infierno para los vecinos y la comunidad educativa del centro. La limpieza del barro, que llegaba desde la zona del desplome hasta la entrada de colegio, fue incesante durante toda la jornada y los escombros continúan en el mismo lugar. Los hechos ocurrieron el miércoles poco antes de las cuatro de la tarde. Hasta 80 niños jugaban en el patio cuando comenzó a salir agua de la pared que bordea el patio. La jefa de estudios mandó evacuar a los menores a las aulas, por prevención. Minutos después, el muro se vino abajo. El derrumbe se produjo por una acumulación de agua procedente de una obra en el edificio aledaño, el número 7 de la calle Fonte do Monte. La compañía Naturgy, a través de la empresa Emi Álvarez, estaba realizando una canalización de gas cuando picaron el tope de hormigón que sujetaba el tapón de la tubería. Este saltó y el agua comenzó a salir sin control. Se acumuló tras el muro hasta que el empuje acabó por tirarlo. La compañía subcontratada rechazó ayer realizar declaraciones sobre el accidente y el coste de los desperfectos. En principio, la directiva comunicó que hoy habría clase, pero todo depende de la decisión final de los peritos que evaluaron las instalaciones del edificio colindante. Por otra parte, el patio estará clausurado de forma indefinida, hasta que el recinto sea completamente seguro para su uso. El director del centro, Benigno López, explicó que, “aunque limpien, hay muchas toneladas que quitar. Los niños tendrán que pasar los recreos en el tercer piso del colegio. Cuando vayan al comedor (cercano al patio) tendrán que pasar por un pasillo especialmente habilitado”, indicó. Además, López explicó que “los operarios pasaron el día baldeando agua y limpiando lo más necesario. Quitaron material que había allí para que no estuviese mojado. Ahora, depende del peritaje del edificio de al lado, si cede puede ser muy peligroso”, valoró. Cinco familias del número 7 de la calle Fonte do Monte, donde se ubica el edificio del que se desprendió el muro, pasaron ayer su segunda noche fuera de casa. Los técnicos no pudieron asegurar que los cimientos fuesen estables, por lo que se ofreció alojamiento en el hotel Altiana a las familias afectas. Otros prefirieron quedarse en casa de familiares. Hasta nuevo aviso no podrán regresar. Por otra parte, una vivienda quedó inhabitable. Durante la mañana y la tarde, los bomberos de Ourense se desplazaron hasta el edificio para acompañar a los residentes al interior de sus casas y que pudiesen coger más ropa y bienes básicos, dado que no saben cuándo podrán volver a sus casas. Trasvase de responsabilidad por el derrumbe del muro Los responsables del Cardenal Cisneros quisieron dejar claro ayer que “el muro del patio estaba perfectamente”, de hecho, había sido comprobado en verano. Ni la administradora del centro ni el director ni el profesorado están de acuerdo con las palabras del alcalde, Gonzalo Pérez Jácome, en las redes sociales: “Aunque este es un colegio concertado, la negligencia y responsabilidad de la Xunta de Galicia podría llegar a ser absoluta”. Por su parte, el delegado de la Xunta en Ourense, Gabriel Alén, señaló ayer que “é un dano que se produce sobre a propiedade dun colexio privado-concertado e que ocurre pola rotura nunha tubería municipal de gran presión. O muro da parte superior non é do centro e este non é responsabilidade da Xunta”, explicó. Alén responde a Jácome sobre el derrumbe del muro: "A Xunta de Galicia non ten responsabilidade" Por otra parte, el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, también se pronunció ayer tras el Consello, para lamentar el “muy desafortunado” mensaje del alcalde. Tras felicitar a la dirección del centro por su respuesta ante lo acontecido con la “rápida” evacuación de alumnos y trabajadores, Rueda subrayó que la Xunta “por supuesto” lleva a cabo inspecciones periódicas en los centros educativos de Galicia, aunque, estas “no van a poder evitar, por desgracia” que “en algún momento” se produzcan “sucesos como éste”.