El Entroido, un menú inagotable

Es imposible no asociar Ourense a la celebración del Entroido. Es como si hablásemos de dos caras de una misma moneda, con la peculiaridad de que una de estas caras no se muestra tal como es, sino que viste una maravillosa máscara bajo la cual se transmuta y seduce. Es la esencia misma del carnaval: diversión y evasión de la identidad a través de otro personaje.

Pese a la masificada tendencia a la elaboración y promoción de un carnaval urbano preñado de una serie de elementos comunes en todas las grandes ciudades (desfiles multitudinarios, comparsas ataviadas con disfraces y elementos decorativos propios de la vida moderna), en Ourense es posible encontrar la presencia viva y sonora de una serie de elementos festivos y lúdicos pertenecientes al más auténtico carnaval rural, que pervive por la fuerza de sus cultores y de los vecinos de poblados y villas que no renuncian a los elementos de identidad que les distinguen, y que hoy en día son motivo incluso de atractivo turístico y de puesta en valor del patrimonio cultural. Además de casos de sonoro éxito, como los adheridos al ‘triángulo’ formado por Laza, Xinzo y Verín, tenemos entroidos tan auténticos como los de Maceda, Covelo, Viana do Bolo, Vilariño de Conso o Manzaneda; o incluso los de rescate reciente como en Bande con sus ‘Troiteiros’, u ‘Os Galos’ de A Merca, magníficos ejemplos de una tradición que, pese a la reinterpretación moderna, lucha por mantenerse entre vecinos y visitantes.

Constituyen todos elementos que dotan de una tesitura sin igual a una celebración, que en la provincia de Ourense toma un color especial y único. Sin duda el de Ourense, que se dice uno de los carnavales más largos, se queda corto ante la cantidad de eventos y elementos de los que es posible disfrutar y tomar parte. Por ello, la invitación es a participar, año tras año, conociendo y disfrutando de una riquísima y única variedad, en apariencia inagotable, que seduce y abraza como ninguna otra.