El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, se proclamó ayer candidato a la reelección en Ourense, ante una junta directiva provincial que le esperaba en la sede del partido. Feijóo llegaba a la ciudad después de anunciar tras el Consello da Xunta, y por enésima vez, inversiones en el llamado 'Hospital 2050' -tocaba prometer la licitación para la instalación de equipos de autogeneración de energía, aprobada en el Consello-, aunque sus anuncios nunca se hayan transformado en avances para la mejora del deteriorado Complexo Hospitalario.
Eso sí, Feijóo compareció ante sus alcaldes y cargos públicos y orgánicos procedente de una puerta lateral de la sede del PP, para eludir a un grupo de afectados por las preferentes que se concentraron pacíficamente y con una pancarta y que reclamaban la devolución de su dinero. Un nutrido grupo de policías autonómicos y nacionales identificó a los manifestantes, pese a que no se produjeron incidentes.
Ya dentro de la sede, con la bandera de una supuesta solvencia presidiendo el acto y consciente de que 'a clase política necesita lexitimación', repitió que las medidas adoptadas desde su llegada en 2009 para contener el gasto han permitido a la Comunidad salvarse de los fondos de rescate estatales, a los que sí tienen que acudir 'aqueles que queren unha nación' -en referencia a Cataluña-.
Ante sus afines, Feijóo evitó hacer un detallado repaso de las inversiones en la provincia -dejó sin invertir 129 millones de los presupuestos de su legislatura- y se limitó a recordar la autovía de Celanova, ahora en construcción, que se pagará por un sistema de financiación público-privada que hipotecará a futuros gobiernos autonómicos durante décadas.
Feijóo prometió a los alcaldes que en la próxima legislatura 'sacaremos a Galicia da crise económica' y aseguraba que saldría a pedir el voto con la 'conciencia tranquila' y 'mirando á cara ós cidadáns'. Dijo también que permitirá gobernar al candidato que gane los comicios; se refería, claro, a él mismo, seguro de que su candidatura conseguirá el mayor número de votos, otra cosa es que ello le permita gobernar.
Feijóo estuvo acompañado del presidente provincial, Manuel Baltar, que horas antes, en la presentación de una exposición, no quiso adelantar ningún nombre de la lista ourensana, si bien aseguró que será 'a mellor'. Negó también bajas entre la militancia por el descontento con las medidas del Gobierno.
Ya dentro de la sede, con la bandera de una supuesta solvencia presidiendo el acto y consciente de que 'a clase política necesita lexitimación', repitió que las medidas adoptadas desde su llegada en 2009 para contener el gasto han permitido a la Comunidad salvarse de los fondos de rescate estatales, a los que sí tienen que acudir 'aqueles que queren unha nación' -en referencia a Cataluña-.
Ante sus afines, Feijóo evitó hacer un detallado repaso de las inversiones en la provincia -dejó sin invertir 129 millones de los presupuestos de su legislatura- y se limitó a recordar la autovía de Celanova, ahora en construcción, que se pagará por un sistema de financiación público-privada que hipotecará a futuros gobiernos autonómicos durante décadas.
Feijóo prometió a los alcaldes que en la próxima legislatura 'sacaremos a Galicia da crise económica' y aseguraba que saldría a pedir el voto con la 'conciencia tranquila' y 'mirando á cara ós cidadáns'. Dijo también que permitirá gobernar al candidato que gane los comicios; se refería, claro, a él mismo, seguro de que su candidatura conseguirá el mayor número de votos, otra cosa es que ello le permita gobernar.
Feijóo estuvo acompañado del presidente provincial, Manuel Baltar, que horas antes, en la presentación de una exposición, no quiso adelantar ningún nombre de la lista ourensana, si bien aseguró que será 'a mellor'. Negó también bajas entre la militancia por el descontento con las medidas del Gobierno.
