Las fiestas privadas de Fin de Año sostienen a la pirotecnia

Fuegos Artificiales Josman. Salgado, a la izquierda.
photo_camera Fuegos Artificiales Josman. Salgado, a la izquierda.
El sector de los fuegos artificiales sigue en números rojos y teme la llegada de un nuevo reglamento 

La industria pirotécnica ourensana continúa en números rojos. La pandemia impactó intensamente en un sector que ya se tambaleaba antes del covid. En verano, la Asociación Gallega de Industrias Pirotécnicas emitió un comunicado en el que dejaban constancia del retroceso sufrido desde los años 80: de 45 empresas a apenas 16, y con solo un par de supervivientes en la provincia: Fuegos Artificiales Josman y Pirotecnia Xaraiva

José Benito Salgado es el dueño de Fuegos Artificiales Josman (Cambeo, Coles) y vocal de la Asociación Gallega de Industrias Pirotécnicas. Durante el verano, tenía a dos trabajadores en paro y cuatro en Erte. En la actualidad, la situación apenas cambió: en su empresa, están todos los trabajadores en Erte menos él mismo. En los buenos tiempos, fueron una docena de obreros, y el gran miedo de Salgado es quedarse solo o incluso echar el cierre al acumular años sin ingresos. En zonas de interior, como Ourense, aún tienen la dificultad añadida de que, ante el abandono del rural, conseguir los permisos necesarios para tirar los fuegos se complica. 

“No sé como vamos a llegar a las Navidades. No tenemos nada contratado. Solo pequeñas fiestas particulares de personas que quieren celebrar el Fin de Año”, reconoce Salgado. “En este momento, los concellos no ponen trabas”, valora, pero tampoco aportan contrataciones. La época de las principales fiestas, que no se pudo aprovechar, fue en verano. Además, añade el empresario pirotécnico, un gran miedo campa en el horizonte. “Nos toca adaptarnos a un nuevo reglamento que obligará a aplicar numerosas reformas en los talleres, es decir, gastar dinero sin saber si el sector va a poder despuntar o no”, explica Salgado. Le consta que “muchos talleres optarán por unirse a otro y cerrar”, por lo que el número de iniciativas seguirá descendiendo. 

El sector, como tantos otros tras el fulminante paso del covid, precisa de ayudas, pero teme caer en el olvido: “Las administraciones no nos dan subvención ninguna, porque somos ‘cinco”, lamenta Salgado, mientras reivindica que atravesaron muchos meses en los que no podían trabajar pero, al mismo tiempo, tenían que mantener y supervisar su material pirotécnico.

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