Abundan los casos de consumo de archivos con material pedófilo y la clonación de tarjetas de crédito para compras

Los fiscales detectan un aumento de denuncias por delitos en internet

Una cliente de un banco extrae dinero de un cajero de la ciudad. (Foto: JOSÉ PAZ)
x Los fraudes en línea, hackeos, phishing (simulación de páginas oficiales), pornografía infantil, amenazas por correo electrónico o las estafas a través de internet con tarjetas clonadas figuran entre los delitos informáticos más comunes.
Hasta hace bien poco, apenas tenían incidencia en esta provincia, pero, según reconocen fuentes judiciales de la ciudad, la tendencia comenzó a invertirse a partir de 2008, sobre todo, a raíz del uso indebido de la Red para intercambio de material pedófilo. En un solo año (2009), los fiscales de la provincia llegaron a formular acusación contra 20 personas cuando en años anteriores tan siquiera computaba en sus estadísticas. Así, en los últimos tres años calificaron hasta 53 delitos de pornografía.

Asimismo, la percepción de las fuerzas de seguridad es que día a día van incrementándose los ataques y los delitos a través de internet, sobre todo, mediante estafas con tarjetas de crédito.

El dinero plástico que hoy en día no falta en cualquier billetero, es un mecanismo de obtención de efectivo y de pago muy práctico pero no del todo seguro en el llamado comercio electrónico. 'El acceso a las tarjetas de crédito, a través de su clonación, tiene una finalidad clara, pues una vez que tienes la numeración puedes hacer compras por internet ', asegura el inspector policial asegura Bernardo Deprado Lahoz. Y ello, apesar de que las medidas de seguridad de las entidades bancarias son cada vez mayores: 'Está claro que hubo una evolución para proteger al cliente, ya que antes solamente introduciendo el número de la tarjeta ya podías comprar, pero para evitar los generadores de números con programas informáticos los bancos asociaron a cada tarjeta un código de seguridad (en el reverso) para asegurarse de que la persona que estaba frente al ordenador tenía el soporte físico de la tarjeta', añade el inspector especialista en temas informáticos de la Comisaría de As Lagoas.

Pero el esclarecimiento de este delito ofrece mucha complejidad, según reconoce la propia Policía en Ourense. 'Nosostros aquí solemos hacer las primeras diligencias pero la dificultad que entraña dar con el autor de la clonación de una tarjeta hace que derivemos los casos a la Brigada de Investigación Tecnológica de Madrid, añade Deprado Lahoz.

Solo en los últimos siete días se han denunciado en la provincia cuatro casos (uno de ellos en Beariz -el fraude ascendió a 1378,82 euros- y el resto, en la ciudad). En dos de las denuncias, las víctimas dieron cuenta del cargo en sus cuentas de ahorro de compras de billetes de avión de la compañía Ryanair por importe de 1.100 euros o Vueling Airlines que ascendían a 190,49 euros. En todos estos casos, el estafador logró la numeración de esas tarjetas, bien por clonación o porque en algún momento las perdió de vista (mostradores de comercios, restaurantes...) .

La Policía Nacional tramitó el pasado año 40 casos de fraudes con tarjetas de crédito y, aunque no dispone de cifras cerradas con respecto a 2011, valora, sin embargo, que la incidencia ha sido mucho menor.


PHISING

En cuanto a la modalidad del 'phising', según fuentes de la Fiscalía, hay constancia de un caso en 2007 en Trives, que no pudo ser resuelto. Los delincuentes, posiblemente radicados en Rusia, simularon un sitio web de un conocido banco y las víctimas, en la creencia de que accedían a la página de su entidad, introducía sus datos privados en operaciones online, quedando registrados en la página de los estafadores. Estos últimos, al mismo tiempo, se hicieron pasar por dueños de una empresa y, a través del correo electrónico, contactaron con tres 'trabajadores-víctimas' o 'muleros' - incluso llegaron a estar imputados judicialmente- que se convirtieron, sin saberlo, en colaboradores de un grave delito: el blanqueo de dinero a través del pacto fraudulento del phising ya que se les transfería a ellos el dinero estafado en la página falsa y ellos se limitaban a enviarlo a las direcciones que les indicaban sus jefes, quedándose con un porcentaje del dinero total.

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