La consellería de Benestar tuteló a 272 menores en la provincia en 2013, muchos por maltrato
La instrucción de la supuesta tentativa de homicidio en la que están imputados ocho personas del entorno familiar del bebé de 10 meses ingresado el pasado mes en la UCI Pediátrica del CHUO en estado grave, avanzará la semana que viene con la declaración de dos testigos claves que pueden arrojar luz al caso: el especialista en Pediatría que atendió al niño desde su nacimiento y la asistente social del CHUO.
El magistrado que asumió el caso, ya que era quien estaba de guardia cuando los servicios médicos alertaron de un caso de posible maltrato infantil, pretende indagar sobre el historial médico del pequeño para desenmarañar el historial de lesiones anteriores al ingreso -fracturas en extremidades y costillas- que desvelaron las pruebas diagnósticas que le fueron practicadas en el CHUO.
El próximo lunes también comparecerá en calidad de testigo la asistente social del Complexo Hospitalario para dar su parecer de cuando se entrevistó con la familia del bebé.
Este último está en estos momentos tutelado por la Xunta ya que la Fiscalía de Menores pidió que se apartara a la madre de la guarda y custodia mientras no se aclare qué sucedió con el pequeño. Otro tanto de lo mismo se hizo con una hija menor del novio de la madre, quien compartía el domicilio con ellos ante las sospechos de que pudiera ser también víctima de episodios de maltrato.
La Consellería de Benestar tutela cada año a más de 250 niños (en 2013 fueron 272; en 2012, 273, y 288 en 2011) al instarlo al juez así la fiscalía al detectar problemas de desprotección. Aunque Benestar no desglosa los motivos, fuentes de la Fiscalía de Menores confirmaron a este periódico que "hay bastantes expedientes de protección por supuesto maltrato que dan lugar a que se adopten medidas de protección que van desde el apoyo técnico de las familias hasta la tutela".
Por contra, son muy escasos los procesos penales por maltrato (lesiones graves, tentativas de homicidio, etc) que llegan a juicio debido al amparo que suelen encontrar este tipo de infracciones en el seno de la familia a la hora de justificar las lesiones. Fuente judiciales consultadas por este periódico también resaltaron la escasa colaboración del ámbito sanitario y educativo a la hora de instruir un caso de estas características y hallar indicios sólidos o pruebas que traspasen la privacidad del hogar, y que permitan ir a juicio y sentar en el banquillo a los familiares.
