La Policía Nacional de Ourense investiga la autoría de dos robos en sendos pisos que ocurrieron durante la tarde del pasado lunes en la ciudad, en las calles Bedoya y Coruña.
Los agentes, que no descartan que detrás de ambas sustracciones esté el mismo autor o autores, indicaron que los dos robos fueron perpetrados antes de las ocho de la tarde, a plena luz del día, y que, en ambos, los ladrones se llevaron un botín que contenía, entre otros efectos, alhajas.
En la sustracción de la calle Bedoya, ocurrida en un piso del número 11 de este vial, los autores del suceso accedieron al interior del inmueble tras lograr abrir la puerta -sin fuerza- con un instrumento que aún no ha podido ser identificado. En todo caso, de esta vivienda se llevaron varios bolsos, así como joyas y una prenda de ropa. En la otra sustracción, que sucedió en un inmueble emplazado en el número 4 de la calle Coruña, pudieron adentrarse dentro del piso por una ventana del rellano de las escaleras del edificio. Se apropiaron de distintas alhajas -entre ellas, unos pendientes-.
Fuentes cercanas a la investigación de ambos robos confirmaron que dentro de los inmuebles no había nadie cuando los ladrones accedieron a su interior. En el caso de Bedoya, la hija de los propietarios vivía al lado. Fue tras llegar a los mismos sus dueños, a última hora de la noche, cuando se encontraron con que habían sustraído efectos de sus pisos.
En la sustracción de la calle Bedoya, ocurrida en un piso del número 11 de este vial, los autores del suceso accedieron al interior del inmueble tras lograr abrir la puerta -sin fuerza- con un instrumento que aún no ha podido ser identificado. En todo caso, de esta vivienda se llevaron varios bolsos, así como joyas y una prenda de ropa. En la otra sustracción, que sucedió en un inmueble emplazado en el número 4 de la calle Coruña, pudieron adentrarse dentro del piso por una ventana del rellano de las escaleras del edificio. Se apropiaron de distintas alhajas -entre ellas, unos pendientes-.
Fuentes cercanas a la investigación de ambos robos confirmaron que dentro de los inmuebles no había nadie cuando los ladrones accedieron a su interior. En el caso de Bedoya, la hija de los propietarios vivía al lado. Fue tras llegar a los mismos sus dueños, a última hora de la noche, cuando se encontraron con que habían sustraído efectos de sus pisos.
