EN CLAVE SEMANAL

Las arrugas de la bella Auria

Empolvarse la nariz no llega a una ciudad que tiene problema para tapar las arrugas. Otras, también con mucha historia a la espalda, han sabido recuperar la lozanía y hacer de la necesidad virtud.

Lunes 10 de abril | Cuidado con las ayudas ofrecidas

Sin que haya una única razón que lo justifique, desde hace décadas se vende pulpo en las esquinas los domingos y festivos. A lo mejor es una reedición de las costumbres de las castañeras. Se ha convertido en una tradición que no han tomado otras ciudades de nuestro entorno, por ello da cierto toque de originalidad. Desde la avenida de Zamora hasta A Rabaza, pulpeiras por las esquinas. Le da a Ourense cierta pinta de cosmopolitismo, asumido ya en Bangkok, Londres, Tokyo, Kuala Lumpur o en decenas de ciudades en Estados Unidos en las que se come lo que se compra en los puestos callejeros. Esta especie de street food made in Carballiño (mejor dicho, Arcos) es ya una realidad incluso mucho antes que el intento regulatorio que quiere poner en marcha el Concello de Ourense. Da miedo cuando una institución entra a lo que funcionaba bien de forma autónoma, regido por los códigos de la lógica. A un empresario (no del sector pulpeiro) le preguntaron si para su actividad le hacía falta una ayuda de la Administración. Sin dudarlo, respondió: "La principal ayuda que me pueden dar es no estorbar". A ver si tanta ayuda acaba en un estorbo.

Martes, 11 | Historias de dos ciudades, incluso tres 

A las ciudades que se duermen, les pasa como al camarón, que las arrastra la corriente. Las urbes, todas, han espabilado mucho en las últimas décadas. Tanto que es fácil quedarse atrás, perder el ritmo, acusar el agotamiento. Es ya imposible decir estuve en tal ciudad y es fea. Nunca lo ha sido la nuestra, no lo es por tanto ahora, pero se está quedando con poco oxígeno. La Semana Santa ha sido un buen test, útil para ver que a Ourense ha llegado mucha gente, no más que a otras ciudades, sospecho. Hoy viaja todo el mundo, aunque sea en excursiones de un día y captar ese público no sé si es un reto para el que la vieja y bella Auria está preparada. Dos ejemplos vecinos: en Zamora han hecho marca de su Semana Santa, la calle está atiborrada, su casco histórico está limpio y tiene un buen grado de recuperación. Los equipamientos culturales y sociales salen a tu encuentro, los hoteles hace ya meses que no tienen una habitación. El AVE está empezando a surtir efecto y se han preparado. Por tener, hasta tienen a sus policías locales patrullando en coches nuevos, no como aquí. Pontevedra, otro caso, presume de haber puesto los coches a raya y los peatones mandan. Su zona antigua es un hervidero de gente, su hostelería tiene una calidad razonable y siempre ha tenido a gala que su bandera ha sido la recuperación de su traza urbana, con el mar como una prolongación natural. Ambas urbes no son ricas, son más pequeñas que Ourense, socialmente tampoco están en nuestras Antípodas, pero da la sensación de que tienen una marcha más. Institucionalmente tienen sus refriegas y las chispas saltan con cierta frecuencia. Sus corporaciones están integradas por variopintas personalidades que han logrado convivir, aunque sea en la discrepancia. En Ourense nos falta la última parte de la frase, nos hemos quedado en lo de los variopintos personajes. La ciudad, mientras, como Auria, bella, pero vieja sin remedio. Eso sí, el pintoresquismo de los inquilinos del edificio principal de la Praza Maior  acabará siendo de postal.

Miércoles, 12 | El protocolo de los enterados de todo

Un protocolo no escrito dice que cuando llega un ministro, aparece el presidente de la Xunta o ha concertado visita el mismísimo presidente del Gobierno se debe constituir de forma urgente un comité de bienvenida sin otra función que aparentar interés y hacer bulto. El martes estuvo en Ourense el ministro de Fomento y el teléfono ardió de víspera. "Oye, fulanito, soy menganito. Que mañana viene de De la Serna a ver las obras del AVE y tienes que ir". Miércoles por la mañana, poco antes de que el ministró entre en Galicia. "Oye, zutanito, perdona que no te haya avisado antes. Deja todo y ven a ver las obras del AVE, que está el ministro". Y fueron, y propios y extraños (sobre todo de éstos últimos) dieron la mano al ministro, se pusieron chaleco y casco, aparentaron que les importaban las obras del AVE, fueron tras el mandatario de Fomento, se sacaron la foto y se volvieron a sus casas. Fomento despeja el proyecto del AVE tras reactivar 18 obras y garantiza cumplir plazos, decía La Región. Muchos de la comitiva se enteraron al día siguiente cuando se vieron en el periódico. ¡Ah! De las dos conversaciones reproducidas una es simulada, la otra cierta.

Jueves, 13 |  Proyectos singulares y algo de coquetería

Y a la bella y vieja Auria de la que hablábamos antes le han empolvado la nariz. Una información revela que tres proyectos singulares rescatan otros tantos edificios nobles de la calle Progreso, convertido en un mausoleo arquitectónico en alguna de sus partes. Las tres intervenciones prometen resultados ilusionantes, aunque serán caras y lentas, como recuerda la información. De momento, toques de coquetería, en espera de cirugía reparadora.

Viernes, 14 | El mal trago de saber el paradero

Catalina había desparecido el 6 de abril de su casa de Sarreaus. La angustia sobrevoló el pueblo. La chica, días después dio señales de vida y pidió a la Guardia Civil que no informase de su paradero, que no quería saber nada de su entorno. Si su desaparición ha dolido, su decisión habrá sido una puñalada para la familia.

Sábado, 15 | El móvil no lo es todo, aunque parece 

Un día sin periódico no es un día sin actualidad, aunque muchos pies se dirigían ellos solos al kiosco. Por fortuna ayer se echaba de menos ese olor a imprenta, las cafeterías sin periódicos no eran lo mismo, el café no sabía igual. El móvil no lo es todo.

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