Lección de Justicia en Ourense

Casi una treintena de alumnos de tercero y cuarto de ESO del IES Carlos Casares de Viana do Bolo viajaron ayer a Ourense para vivir una jornada de aprendizaje diferente en los juzgados de la calle Velázquez. A las diez de la mañana de este miércoles se encontraban emocionados e intrigados en la planta baja del edificio a la espera del primer juicio del día que empezaba quince minutos después. Normalmente, los que están relacionados con delitos penales se celebran en la primera planta, pero ayer se mudaron a la Sala de lo Contencioso-Administrativo debido a que tiene un tamaño mayor que permitía acoger a todos los estudiantes. Una vez dentro, la magistrada les explicó en qué consistía el primer juicio del día y pidió que levantasen la mano aquellos alumnos que querían estudiar Derecho en el futuro, pero ninguno lo hizo ante el asombro de la jueza. Posteriormente, la magistrada y la fiscal les dieron una lección magistral sobre derecho, explicándoles que un juicio donde al acusado se le piden menos de dos años de prisión se celebra igualmente aunque no esté presente el presunto autor del delito, la diferencia que hay entre un hurto y un robo o qué es una estafa y cómo la tecnología está cada vez más presentes en ellas. Los alumnos mostraron mucho interés en el tema y también hicieron preguntas, una de ellas habitual en este tipo de visitas, ¿por qué la jueza no usa el mazo? En este punto, la fiscal les explicó que su utilización es propia de los países anglosajones y en España lo tenemos interiorizado por la cultura audiovisual, ya que nunca se llegó a usar. Otra de las cuestiones que sorprendió a los estudiantes del IES Carlos Casares fue la escasez de ordenadores, a lo que la jueza les comentó que se está digitalizando la Justicia y dentro de poco ella también usará un dispositivo electrónico. En los tres juicios que presenciaron, se llegó previamente a un acuerdo entre la defensa y la Fiscalía, por lo que no llegaron a ver a ninguno de los acusados testificando. Por ello, la jueza los invitó a que volviesen otro día. Asimismo, cuando pensaban que ya marchaban de vuelta a Viana, recibieron una sorpresa: una visita a los calabozos del juzgado que emocionó mucho a los jóvenes.