El fuego calcinó casi cuatro mil hectáreas en 36 horas en 7 municipios

photo_camera Un vecino de Oímbra intenta sofocar las llamas con una rama.

Las llamas obligaron a desalojar vecinos de A Ílla y Bouzodrado, en Entrimo, donde ardieron hórreos y alpendres. Los efectivos rompieron la puerta de una casa y arrojaron agua para que no ardiera

Siete incendios permanecían activos a las 20,00 horas de ayer en Entrimo, Lobeira, Muíños, Monterrei, Oímbra, O Barco y Boborás. Las llamas ya habían calcinado 3.875 hectáreas de monte raso y arbolado en poco más de 24 horas, desde las 06,00 del martes, en los siete municipios. La virulencia de los fuegos obligó a Medio Rural a decretar el nivel de alerta 2 (cuando las llamas pueden afectar a personas y bienes no forestales) en A Granxa (Oímbra), donde ardieron 1.500 hectáreas; Vences (Monterrei) , afectando a 130, y A Ílla (Entrimo), donde se quemaron 850 hectáreas. Esta medida se mantenía a las 19,00 horas de ayer dada la proximidad del incendio a las viviendas y naves agrícolas, obligando, en Entrimo, a desalojar los vecinos de A Ílla y Bouzodrado.

El desalojo, según el alcalde, Ramón Alonso, fue por "precaución". El fuego, según el regidor, avanzaba a las 20,00 horas "sin control", después de calcinar dos alpendres, varios hórreos y huertos. En la cercana aldea de Pereira, en el mismo municipio, los efectivos rompieron la puerta de una casa (no estaban los dueños) y se posicionaron dentro arrojando agua sobre la madera para impedir que ardiera. Este fuego se originó en la tarde del martes entre Olelas y A Ílla y afectó al municipio de Lobios. Veinticinco brigadas, 17 motobombas y cinco helicópteros, además de los GES Muíños y Lobios y la Guardia Civil, intentaban sofocar el incendio, que sobre las ocho de la tarde se reprodujo en Terrachá. A las 19,30 horas, surgieron otros dos nuevos conatos en Lobeira, cerca del embalse de As Conchas, y en Muíños. En este último municipio, el fuego calcinó otras 800 hectáreas de monte raso y arbolado, toda la superficie incluida en el Parque Natural del Xurés.

En esta zona, la combustión de la maleza y árboles llegó a alcanzar temperaturas de hasta 500 grados centígrados, según Medio Rural. El alcalde, Plácido Álvarez, recordaba ayer que el fuego fue intencionado porque se originó de madrugada y en varios puntos diferentes, uno de ellos en Portugal. "Hai moitos danos e temos que actuar pronto na zona, senón non haberá pesca no embalse de Salas", aseguró.

En Monterrei, el fuego amenazaba a esa hora a viviendas de Mixós. El alcalde, José Luis Suárez, recordaba que también estuvieron en peligro viviendas de Estevesiños, pero los efectivos de extinción impidieron que resultasen afectadas. " Temos sorte de que hai un cambio de vento esta levando o fogo hacia o monte", apuntó el regidor.

500 colmenas, viñas, castaños y pajares convertidos en ceniza

Mientras los efectivos de extinción combatían las llamas, vecinos de Requiás (Muíños), A Granxa, Espiño y As Chas (Oímbra) hacían recuento de daños. El monte presentaba un aspecto desolador y entre las cenizas se podían apreciar colmenas carbonizadas, hasta 500 se contabilizaron en ambos municipios;  castaños ardidos, rutas de bicicleta con las señales (son de madera) aún en llamas. En los pueblos de Oímbra, había ayer 220 efectivos de la UME, que se desplazaron en 48 vehículos. El vecindario pedía autorización y ayuda a los soldados para poder llegar hasta los viñedos, que ardieron en buena parte cuando quedan apenas días para la vendimia. Otros intentaban llegar a sus naves agrícolas y casas, a las que el fuego lamió las mismas paredes. En el pueblo limítrofe de A Granxa murieron quemados dos perros y ardieron cientos de pacas de paja. Los dueños estaban en una romería en Portugal y los vecinos pudieron salvar el tractor.  El fuego llegó de noche a A Granxa, tras desalojar el pueblo de Espiño. "Houbo moitas escenas de nerviosismo porque o lume estaba moi  perto das casas", recordaba la alcaldesa de Oímbra, Ana Villarino. Peor suerte corrió una brigadista, que tuvo que ser atendida en el hospital a causa de las lesiones causadas por la descarga de agua de  un helicóptero.

16,5 kilómetros de cables de teléfono e internet en cenizas

Los incendios originados desde el pasado martes dejaron en cenizas 5.000 metros de cable de cobre a través del que Telefónica presta servicio a  teléfonos fijos. Los vecinos de Vences, Estevesiños y Mixós (Monterrei) no disponían ayer de servicio telefónico al igual que los de A Granxa, As Chas, Espiño y Videferre (Oímbra), donde varios técnicos de la empresa Montelnor se afanaban en reponer el servicio, instalando nuevos tendidos.
 Las llamas también calcinaron otros 1.500 metros de cableado de fibra con el que la citada compañía da servicio de internet. Ayer, los trabajadores reponían  el cableado, según explicaron en la empresa. 

Esta situación se viene repitiendo desde que comenzó el verano. El fuego, además del daño de los últimos dos días en los tendidos de teléfono, quemó otros 8.000 metros de cable de cobre y 2.000 de fibra.

En la compañía de teléfonos, se mostraron sorprendidos por la cantidad de daños registrados durante este verano, a los que hay que sumar la instalación de nuevos postes, dado que parte de ellos también resultaron afectados por las llamas. La mayoría de los desperfectos se registraron en los municipios de Oímbra, San Cristovo de Cea, O Barco, Cualedro y Calvos de Randín.

Según los datos que maneja Telefónica, algunos de los tendidos ardidos durante este verano fueron repuestos al día siguiente para volver arder en cuestión de días. 

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