ESTACIÓN DE MONTAÑA

Cómo arruinar un día perfecto para el esquí en Manzaneda

Manzaneda.
photo_camera Manzaneda, cerrada al esquí este martes por averías en sus telesillas.
Accesos sin limpiar, servicios precarios y averías sin solución frustraron a cientos de aficionados

Nieve en abundancia y mañana soleada. Uno de esos días escogidos para la práctica del esquí en la estación de montaña de Manzaneda. Aun siendo martes laborable, una numerosa afluencia de aficionados aguardaba entusiasta. Todo perfecto. ¿Qué podía salir mal? Todo.

Mala planificación, peligrosa accesibilidad, deficientes servicios, nulo mantenimiento y, por supuesto y como consecuencia, ninguna capacidad de reacción. La noche anterior, la estación ya daba muestras de desatención. En las calles y lugares de estacionamiento la nieve de los últimos días dibujaba un paisaje de obstáculos, las autocaravanas y los vehículos se amontonaban sin orden ni concierto.

Manzaneda. Aparcamiento sin limpiar
Manzaneda. Aparcamiento sin limpiar

 

El mismo descuido lucían los accesos a los apartamentos y los servicios del complejo turístico. No fue mejor la experiencia del desayuno en la cafetería. Cualquier cliente poco exigente hubiese echado de menos elementos tan elementales como las servilletas. La oferta consistía en bollería industrial y el lujo de una tostada. Un menú de batalla, sin zumo ni rastro de un básico de la gastronomía local como es la bica. La terraza lucía sucia y las escaleras cubiertas de nieve ponían a prueba la destreza de los clientes para evitar resbalones.

Al menos lucía el sol y la nieve deslumbraba. Pero a las 10,30 de la mañana, los entusiastas del esquí empezaban a transitar del entusiasmo de un día aparentemente perfecto a la frustración.

Manzaneda. Avería en el telesilla por un fallo eléctrico.
Manzaneda. Avería en el telesilla por un fallo eléctrico.

Colas en el forfait (un clásico incomprensible en la estación). Colas en el único telesilla en funcionamiento. Aún hoy nadie sabe (o quiere) explicar por qué no funcionaba el telesilla superior. Tampoco funcionaba el telesquí del Pluviómetro, averiado desde hace semanas. Sólo estaba operativo el de O Seixo y el de Fontefria, que abrió sobre las 10:30 horas. Y cuando la paciencia de los usuarios :empezaba a agotarse, un olor a chamuscado anunció el desastre total. El único telesilla en funcionamiento se paró al quemarse un cuadro eléctrico.

Se habían dado todos los ingredientes necesarios para arruinar un día perfecto. Los grupos de wasap de los aficionados a la nieve se habían convertido al mediodía en el relato de la absoluta decepción y en un relatorio de quejas plenamente justificadas.

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Manzaneda. Aparcamiento.

Pero aún quedaba el regreso a casa, por una carretera semicortada por los coches estacionados indebidamente y la nieve amontonada de días. A media tarde, desde la gerencia de la estación anunciaban que ya estaba en orden y que al día siguiente (hoy), todo estaría operativo.

Una previsión difícil de asumir para quienes vivieron ayer la experiencia de una estación gobernada por la improvisación y la falta de consideración al cliente, que se percibe en todos los escalafones de la cadena, desde la dirección hasta la atención al público.

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