Hasta hace un par de años, hablar de rehabilitación en la ciudad era sinónimo de Casco Histórico.
Sin embargo, fuera de los límites de esta emblemática zona también hay mucho trabajo por hacer en este campo. Según los cálculos del servicio municipal de rehabilitación, hasta 6.200 viviendas de seis barrios de la ciudad serían susceptibles de recibir ayudas para su reforma. En concreto, 4.000 de ellas están ubicadas en As Camelias, A Carballeira y O Polvorín -con un programa de subvenciones ya en marcha- y otras 2.002, en 422 edificios de Os Rosais, Cruceiro Quebrado y A Inmaculada. En esta última zona, el Concello pretende aprobar en breve un ARI (área de rehabilitación integral, procedimiento por el que se reciben las ayudas), que, en todo caso, tendrá que ser ratificado por la Xunta.
Aunque por el momento el Concello haya puesto sus miras en esta zona de la ciudad, fuera de ellas también se detecta la necesidad de intervenir en determinadas zonas de la ciudad, como el entorno del campo de fútbol de O Couto, aunque no hay estimaciones de cuántas edificaciones podrían estar necesitadas de mejoras -los cálculos se realizan precisamente en el estudio previo a la declaración de ARI-. 'Puede haber la percepción de que ojalá hubiera 20 aris en la ciudad, pero no es la fórmula más adecuada para determinadas zonas. Al fin y al cabo, es una ayuda a los propietarios para que hagan una reforma pero si éstos no tienen capacidad económica o mentalidad de querer hacer frente a una remodelación, no funcionará', explica José Manuel Oliver, técnico de Rehabilitación Urbana.
Las carencias que presentan los edificios de estas zonas, muchos de ellos construidos en los 60, son similares en los seis barrios estudiados y se centran en problemas de accesibilidad, ausencia de ascensor, deficiencias en las fachadas y humedades, entre otras. Además, los espacios públicos -las ayudas de los aris también contemplan mejoras en las vías públicas- también tienen carencias comunes, como las barreras arquitectónicas o deficiencias en la urbanización.
Sin contabilizar las aportaciones de los particulares, las administraciones públicas destinarán este año 2,36 millones de euros para la rehabilitación en Ourense, tanto de viviendas como de espacios públicos. Sin duda, un volumen de negocio que puede constituirse en una alternativa para el sector de la construcción en época de crisis. 'Es una carga de trabajo de presente y de futuro. Una gran parte del sector va a pasar por ahí', explica el presidente de la Asociación de Empresarios Inmobiliarios de Ourense (Adeido), para quien 'no tenía sentido buscar nuevas áreas de expansión urbana en los laterales de la ciudad y dejar el casco antiguo en la marginalidad'. A su juicio, las actuaciones en otros barrios los convierten en más atractivos incluso para sus residentes. Por ello, apuesta por que 'cada ayuntamiento de la provincia solicitase un área de rehabilitación integral, ya que eso significaría apostar de verdad por lo nuestro'.
CAMBIO DE TENDENCIA
Pero si la construcción se ve afectada por la crisis, también los propietarios de las viviendas las sufren. Así se percibe en la nueva fase de rehabilitación que afronta el Casco Histórico (la número 13), en la que se produce un cambio de tendencia con respecto a las anteriores. 'Si antes siempre había una cartera de 10 ó 12 expedientes que quedaban pendientes de una fase para otra, ahora no', asegura Oliver. Por este motivo, Rehabilitación Urbana se plantea realizar una campaña informativa para animar a los propietarios de los inmuebles a reformarlos. Por el contrario, las ayudas en Seixalbo se están cubriendo, animados los dueños de los edificios más antiguos por la necesidad de pasar la inspección técnica de edificios y en As Camelias, A Carballeira y O Polvorín 'está funcionando bien'.
Aunque por el momento el Concello haya puesto sus miras en esta zona de la ciudad, fuera de ellas también se detecta la necesidad de intervenir en determinadas zonas de la ciudad, como el entorno del campo de fútbol de O Couto, aunque no hay estimaciones de cuántas edificaciones podrían estar necesitadas de mejoras -los cálculos se realizan precisamente en el estudio previo a la declaración de ARI-. 'Puede haber la percepción de que ojalá hubiera 20 aris en la ciudad, pero no es la fórmula más adecuada para determinadas zonas. Al fin y al cabo, es una ayuda a los propietarios para que hagan una reforma pero si éstos no tienen capacidad económica o mentalidad de querer hacer frente a una remodelación, no funcionará', explica José Manuel Oliver, técnico de Rehabilitación Urbana.
Las carencias que presentan los edificios de estas zonas, muchos de ellos construidos en los 60, son similares en los seis barrios estudiados y se centran en problemas de accesibilidad, ausencia de ascensor, deficiencias en las fachadas y humedades, entre otras. Además, los espacios públicos -las ayudas de los aris también contemplan mejoras en las vías públicas- también tienen carencias comunes, como las barreras arquitectónicas o deficiencias en la urbanización.
Sin contabilizar las aportaciones de los particulares, las administraciones públicas destinarán este año 2,36 millones de euros para la rehabilitación en Ourense, tanto de viviendas como de espacios públicos. Sin duda, un volumen de negocio que puede constituirse en una alternativa para el sector de la construcción en época de crisis. 'Es una carga de trabajo de presente y de futuro. Una gran parte del sector va a pasar por ahí', explica el presidente de la Asociación de Empresarios Inmobiliarios de Ourense (Adeido), para quien 'no tenía sentido buscar nuevas áreas de expansión urbana en los laterales de la ciudad y dejar el casco antiguo en la marginalidad'. A su juicio, las actuaciones en otros barrios los convierten en más atractivos incluso para sus residentes. Por ello, apuesta por que 'cada ayuntamiento de la provincia solicitase un área de rehabilitación integral, ya que eso significaría apostar de verdad por lo nuestro'.
CAMBIO DE TENDENCIA
Pero si la construcción se ve afectada por la crisis, también los propietarios de las viviendas las sufren. Así se percibe en la nueva fase de rehabilitación que afronta el Casco Histórico (la número 13), en la que se produce un cambio de tendencia con respecto a las anteriores. 'Si antes siempre había una cartera de 10 ó 12 expedientes que quedaban pendientes de una fase para otra, ahora no', asegura Oliver. Por este motivo, Rehabilitación Urbana se plantea realizar una campaña informativa para animar a los propietarios de los inmuebles a reformarlos. Por el contrario, las ayudas en Seixalbo se están cubriendo, animados los dueños de los edificios más antiguos por la necesidad de pasar la inspección técnica de edificios y en As Camelias, A Carballeira y O Polvorín 'está funcionando bien'.
