Muíños centró la atención de la Baixa Limia gracias a sus sopas de burro canso y a los tradicionales forcados y recortadores de Cáceres y Madrid, que llenaron la plaza de toros portátil. Allariz, mientras, se entregó a las labores de la malla.
El municipio de Muíños, en la Baixa Limia, acogió a centenares de vecinos y visitantes que asistieron, encantados, a la degustación del ya famoso galopicanochan y a las sopas de burro canso, dos exquisiteces gastronómicas que combinaron perfectamente con el Muíños dance, a base de reputados disjockeys, y el espectáculo taurino de la tarde, con la participación de los forcados portugueses, que acabaron toreando una vaquilla no sin antes realizar ejercicios de verdaderos acróbatas sobre las vaquillas.
La playa fluvial de O Corgo, en Mugueimes, acogió la fiesta que, por cierto, sustituyó aquella polémica chega de bois por la gran tourada con recortadores procedentes de Cáceres y Madrid, además de forcados portugueses.
Una muestra de artesanía transfonteriza, carrera de carrilanas, juegos tradicionales y música de charanga completaron la fiesta, que se prolongó hasta la madrugada.
En Allariz, la malla
Allariz, por su parte, fue otro punto de encuentro del sábado festivo. La escenificación del ciclo de elaboración del pan se centró en la labor de la malla (la separación del grano, la espiga y la paja), también en la aldea de Queiroás, como la seitura.
Los vecinos reprodujeron aquellos trabajos agrícolas, prácticamente desaparecidos, y por la tarde disfrutaron de una gran merienda.
La fiesta del ciclo del plan continúa el día 8, que será viernes, con la moenda, que se producirá en el molino Burato de Allariz y, posteriormente, la fornada, en la Torre de Seoane, el día 9 de este mes, sábado.