El obispo de Ourense, Leonardo Lemos Montanet, ordenó ayer sacerdotes a los diáconos Adrián Rodríguez Iglesias (Coles, 1990) y Francisco López Gómez (Ourense, 1989), en un acto celebrado en el Seminario Mayor.
Los dos curas, savia nueva para una Diócesis de Ourense muy envejecida y con cerca de 700 parroquias, tenían que haberse ordenado el pasado mes de marzo, cuando la crisis sanitaria paralizó toda la actividad de la Iglesia y se pospuso por tanto su ordenación.
Desde niños en la parroquia
Ambos sacerdotes estaban ligados a sus parroquias desde niños, colaborando en actividades de Juventud o como monaguillos. A partir de ahora, es cuando conocerán su destino dentro de la Diócesis de Ourense. El despertar de la vocación fue muy diferente para cada uno. Mientras que Francisco López se graduó en Derecho y ejerció durante un tiempo en un despacho de abogados, Adrián Rodríguez comenzó a tener la idea del sacerdocio clara más joven, por lo que ingresó al Seminario en cuanto sintió la llamada.
No son ajenos al reto del relevo generacional en Ourense. "Esperamos ser una ayuda para los curas mayores, son merecedores de tener un final como Dios manda.", declaraban esta semana. A la espera de un destino, "lo que uno quiere es ser cura por la vida de las parroquias. Tocar sé que me tocará más de una parroquia", asumen con gusto los nuevos sacerdotes.
