EN OURENSE

Las ourensanas exigen rutas seguras para practicar deporte

barbaña. mujer paseo
photo_camera Un corredor trota por el paseo fluvial de Oira, ayer a la noche.

Las impulsoras de la protesta por el asesinato de Laura Luelmo anuncian nuevas reivindicaciones y piden mejoras en las sendas verdes: "El Concello tardó una semana en arreglar una farola en Oira"

La resaca de la concentración en repulsa al asesinato de Laura Luelmo que reunió el martes en Ourense a más de medio millar de personas deja entre las deportistas ourensanas un sentimiento común: hace falta más seguridad. Las mujeres que habitualmente practican deporte durante la noche en alguna de las sendas verdes exigirán a la administración local medidas para "correr libres", como reza el lema de la protesta que incluso repitieron en otras ciudades como Oviedo. Reivindican el derecho a utilizar el espacio público sin temor a no regresar a casa. Tras la protesta, anuncian más presión para que se les escuche.


Farolas ineficientes


La iluminación y la escasa vigilancia policial en determinados puntos, especialmente durante el fin de semana, son las quejas principales de las corredoras ourensanas que sienten miedo cuando salen a practicar ejercicio durante la noche. "El problema no somos las mujeres, sino los que deciden molestarte o atacarte. Pero tras la manifestación por Laura Luelmo, hemos decidido que haremos alguna acción más. Hace falta más seguridad para que podamos salir tranquilas a correr", explica Elena Pérez, impulsora de la concentración y atleta de la Escuela de Trail de Ourense.

Entre los problemas más comunes, citan varios tramos de la zona de Oira donde el mantenimiento de las farolas es ineficiente. "En una ocasión estuvimos esperando una semana a que el Concello arreglase una farola. Algunas se encienden y se apagan y siempre hay alguna fundida; quedando tramos totalmente a oscuras", señalan las deportistas.


Presencia policial


Durante el fin de semana se genera otro problema: los borrachos. "Salgo a correr a las siete de la mañana y me tengo que encontrar con los que vienen de fiesta. Se meten contigo o incluso se echan a correr a tu lado. Se echa en falta la presencia de patrullas", reclaman.

Otro de los puntos de "miedo" que referencian las deportistas es la zona de Outariz: la depuradora de Reza y el trayecto desde el aparcamiento de Outariz hasta las termas son zonas con iluminación escasa. 

Como Elena Pérez, de 46 años, otras corredoras de su edad han empezado a hacer deporte juntas. Una situación diferente a hace unos años, tal y como señaló la impulsora en la manifestación: "Es triste sentir miedo a correr sola con 46 años". Medio centenar de mujeres, a través de un grupo de Whatsapp, se organiza para correr en alguna de las rutas de la ciudad. Mejor juntas. Desde las redes sociales también nació la iniciativa "Soy libre para correr", que ahora seguirá dando frutos.


 Asignatura pendiente


Partiendo de la base de que la violencia machista es un problema social con base en la educación, las ciudades y las administraciones pueden disponer de herramientas que favorezcan la integración de la mujer en el espacio público. La arquitectura o el urbanismo de género son conceptos que ya se empiezan a contemplar en proyectos de ordenación urbanística. Ciudades como Valladolid, Madrid o Irún han desarrollado iniciativas en este ámbito para conseguir espacios públicos seguros para las mujeres. Por el momento, Ourense se ha sumado a una iniciativa relacionada con la movilidad: las paradas antiacoso del transporte urbano. Pero queda mucho por hacer.


 Plan de igualdad


El "III Plan para a Promoción e a Equidade de Xénero 2017-2020" del Concello de Ourense contempla actuaciones en el uso del espacio público y del planeamiento urbanístico. De las 10 medidas, solo una está relacionada con el planteamiento urbanístico de género: "posible modificación dos trazados das liñas de transporte urbano, contando coa opinión do Centro de Información á Muller".

Alberto de Paula, presidente del Colegio de Arquitectos de Ourense, coincide en que "queda mucho por hacer en materia de seguridad, accesibilidad o movilidad". Como espacios "inseguros" cita la estación de autobuses y su entorno. 


Distancias cortas y localización de "puntos negros"


"Madrid Nuevo Norte" es el proyecto encargado a la arquitecta Inés Sánchez Madariaga que se define como la ciudad española pionera en tener en cuenta cuestiones de género. El diseño contempla las distancias cortas, la cercanía del transporte urbano a la vivienda, la peatonalización o la sensación de seguridad en el espacio público.

En 2017, el gobierno vasco anunció subvenciones de 200.000 euros para implementar medidas para que las "calles no sean discriminatorias", como la localización de "puntos negros" que las mujeres consideran inseguros. Valladolid también anunció el pasado mes de mayo que el urbanismo tendría en cuenta  un informe de género. 

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