Los avatares de una vida consagrada a la medicina es el hilo conductor de 'Un médico de aldea', cuya reedición se presenta, a las 20.00 horas, en el Liceo. Se trata de una obra autobiográfica del que fuera médico en A Estrada Manuel Reimóndez (1916-1994), quien también ejerció como escritor y político, uno de los redactores del anteproyecto del Estatuto de Autonomía de Galicia. Era conocido como el 'médico dos pobres' por su apoyo a los más desfavorecidos. Su hijo Xosé Luís Reimóndez coordina la nueva edición, ahora ampliada con nuevos capítulos inéditos.
¿Qué se recoge en esta obra?
Lo que se relata fundamentalmente son las vivencias de alguien que ejerció la medicina en el rural durante 50 años. Se presenta en un formato de relatos autobiográficos en los que no hay novela en ningún lado, son todos verídicos. Aunque muchos de ellos son duros, él intenta contarlos de la forma más optimista posible, con algo de humor de fondo.
¿Qué motiva esta reedición?
El libro fue publicado por primera vez en 1992 y la idea parte de Marcelino Agís, catedrático de Filosofía de la Universidad de Santiago, a quien regalé el libro en su día y me recordó que alcanzaba su veinte aniversario, por lo que era el momento de presentar una edición actualizada. Ésta incluye tres nuevos capítulos originales, uno de ellos manuscrito y varios textos introductorios de eminencias gallegas, además de presentar una nueva ilustración para la portada del diseñador mindoniense Xosé Vizoso, que ya trabajó en la edición original. Gracias a la Secretaría Xeral de Política Lingüística, el libro ha sido normativizado, sin que ello afecte al texto original.
¿Qué significado tuvo la figura del médico de aldea ?
Este libro avisa de que se está deshumanizando la medicina. Mi padre era un hombre de ciencia, que buscaba estar a la altura de los avances técnicos de su disciplina, y para ello tenía numerosos aparatos médicos para desempeñar lo mejor posible su trabajo, incluso en una aldea. Él creía en la necesidad de los medios modernos a la hora de realizar un diagnóstico, pero siempre precedido por saber que al enfermo lo hay que curar porque está mal de salud, pero también porque muchas veces está mal anímicamente. Lo necesario era conocer al enfermo, su vida, su entorno, sus problemas... en lugar de dedicarse a hacer excesivas pruebas médicas que muchas veces no servían para nada.
¿Qué motivó a su padre la incursión en política?
Él era una persona muy cercana, que probablemente tendría influencia sobre mucha gente, y eso era muy tentador para los políticos cuando empezó la democracia. Él era lo que hoy llamamos dinamizador social: hacía en la aldea distintas actividades para unir a la gente en una distracción positiva, y eso lo hizo muy popular. Por su carácter conciliador, él fue elegido para presidir el Estatuto de los 16, que redactó el Estatuto de Preautonomía de Galicia, aunque él no tenía una afiliación concreta. De hecho, en más de una ocasión rechazó ofertas para participar en la vida política de A Estrada, pero llegó un momento en que lo lograron convencer. A partir de ahí, llegó a la alcaldía, que mantuvo durante una etapa de gobierno y de la que guarda muchos recuerdos positivos, porque hizo todo lo posible por A Estrada, pero que le acarreó también muchos desengaños. n
Lo que se relata fundamentalmente son las vivencias de alguien que ejerció la medicina en el rural durante 50 años. Se presenta en un formato de relatos autobiográficos en los que no hay novela en ningún lado, son todos verídicos. Aunque muchos de ellos son duros, él intenta contarlos de la forma más optimista posible, con algo de humor de fondo.
¿Qué motiva esta reedición?
El libro fue publicado por primera vez en 1992 y la idea parte de Marcelino Agís, catedrático de Filosofía de la Universidad de Santiago, a quien regalé el libro en su día y me recordó que alcanzaba su veinte aniversario, por lo que era el momento de presentar una edición actualizada. Ésta incluye tres nuevos capítulos originales, uno de ellos manuscrito y varios textos introductorios de eminencias gallegas, además de presentar una nueva ilustración para la portada del diseñador mindoniense Xosé Vizoso, que ya trabajó en la edición original. Gracias a la Secretaría Xeral de Política Lingüística, el libro ha sido normativizado, sin que ello afecte al texto original.
¿Qué significado tuvo la figura del médico de aldea ?
Este libro avisa de que se está deshumanizando la medicina. Mi padre era un hombre de ciencia, que buscaba estar a la altura de los avances técnicos de su disciplina, y para ello tenía numerosos aparatos médicos para desempeñar lo mejor posible su trabajo, incluso en una aldea. Él creía en la necesidad de los medios modernos a la hora de realizar un diagnóstico, pero siempre precedido por saber que al enfermo lo hay que curar porque está mal de salud, pero también porque muchas veces está mal anímicamente. Lo necesario era conocer al enfermo, su vida, su entorno, sus problemas... en lugar de dedicarse a hacer excesivas pruebas médicas que muchas veces no servían para nada.
¿Qué motivó a su padre la incursión en política?
Él era una persona muy cercana, que probablemente tendría influencia sobre mucha gente, y eso era muy tentador para los políticos cuando empezó la democracia. Él era lo que hoy llamamos dinamizador social: hacía en la aldea distintas actividades para unir a la gente en una distracción positiva, y eso lo hizo muy popular. Por su carácter conciliador, él fue elegido para presidir el Estatuto de los 16, que redactó el Estatuto de Preautonomía de Galicia, aunque él no tenía una afiliación concreta. De hecho, en más de una ocasión rechazó ofertas para participar en la vida política de A Estrada, pero llegó un momento en que lo lograron convencer. A partir de ahí, llegó a la alcaldía, que mantuvo durante una etapa de gobierno y de la que guarda muchos recuerdos positivos, porque hizo todo lo posible por A Estrada, pero que le acarreó también muchos desengaños. n
