El perfil: una mujer entre los 35 y 65 años

El 70 por ciento de los pacientes del programa piloto que se desarrolla en el CHOU son mujeres con edades comprendidas entre los 35 y 65 años, que en su inmensa mayoría padecen síntomas depresivos de moderados a graves.
Este dato coincide con la prevalencia estadística del género femenino de la mayoría de las investigaciones realizadas. Según asegura el psicólogo Miguel Guerra, "no existe actualmente unanimidad en la comunidad científica sobre la etiología de esta diferencia, atribuyéndose tanto a factores intrínsecos como psicosociales que interaccionan". En toda esta confluencia -añade- intervienen desde la bioquímica cerebral, las hormonas, la presencia de enfermedades tanto psíquicas como físicas pero también el aislamiento, la soledad, la falta de apoyo social que hacen que haya unas personas más propensas que otras a la aparición de episodios depresivos graves que puedan cursar con ideación suicida.

Asimismo, el Imelga, desde hace varios años, está llevando a cabo un estudio casuístico sobre los suicidios en la provincia, para de esta forma, a través de sus conclusiones, ahondar en el campo de la prevención. Abarca la recogida de datos personales, familiares y sociales.

Según atestigua el forense Julio Jiménez, en los estudios que realizaron el último año aparece, dentro de los mecanismos causantes de la muerte, la asfixia por suspensión (ahorcamiento), seguido de la precipitación, el uso de armas de fuego y las intoxicaciones. Estas últimas son las más recurrentes en los intentos de autolisis.

Las pastillas, drogas y herbicidas son las sustancias más empleadas, recalca el director del Imelga en la provincia.

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